Una gran oportunidad se le ha presentado a la estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA) a raíz de las alianzas con las empresas Eni de Italia y la española Repsol, según reseña el medio especializado Sembrar el petróleo.
Representantes de ambas empresas han confirmado a El País de España que enviarán a Venezuela suministros de nafta y otros componentes necesarios para producir combustible.
El pasado 28 de agosto fue designada la actual junta directiva de PDVSA, mediante el Decreto Nº4.846, publicado en Gaceta Oficial Extraordinaria N°6.760 y quedó conformada por Pedro Tellechea, como presidente de la junta directiva y presidente de la estatal petrolera y Héctor Andrés Obregón, en el cargo de vicepresidente ejecutivo, en los rangos principales.
De acuerdo con un reportaje de El País, Tellechea y su equipo han ido recuperando de manera progresiva la producción de petróleo y de combustible y es probable que los acuerdos con empresas energéticas europeas representen un impulso significativo para que las cifras den un salto importante. La entrada en escena de multinacionales como Eni y Repsol han abierto una puerta de esperanza para los habitantes de las provincias del país caribeño, que son los que han cargado con el peso de la merma en la producción de gasolina.
La relación entre las empresas europeas y PDVSA no se limita al suministro de componentes necesarios para la refinación de petróleo, las operaciones conjuntas incluyen la explotación de gas en el Proyecto Cardón IV, que ha sido certificado con una reserva de 15 billones de pies cúbicos. Ese potencial gasífero tiene suma importancia por el deseo de Venezuela de convertirse en un proveedor de gas para una Europa preocupada por la Guerra de Ucrania y para el país caribeño que está ávido de ese hidrocarburo para mantener operativa su industria de generación de energía eléctrica.
Las alianzas entre PDVSA, Eni y Repsol datan de la década de los 90 del siglo XX, cuando ambas empresas empezaron a operar en Venezuela pero las idas y vueltas de esas relaciones han estado marcadas por los roces del gobierno de Nicolás Maduro con algunos protagonistas de la comunidad internacional y el alejamiento más significativo se produjo como consecuencia de las sanciones impuestas por la Oficina para el Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC), que ha «maniatado» la capacidad de la estatal petrolera.
La flexibilización de algunos puntos del paquete de sanciones y la normalización de algunas relaciones, en el marco de las conversaciones entre Estados Unidos y el gobierno de Maduro, parece haber creado un clima propicio para retomar una cooperación que supo tocar picos muy altos en los tiempos en los que Venezuela era la potencia energética del continente americano.
Con información de Sembrar el petróleo.
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