Voz de América
El líder norcoreano, Kim Jong Un, ofreció este miércoles al presidente ruso Vladimir Putin el “apoyo total e incondicional” de Pyongyang a la “lucha sagrada” de Rusia para defender sus intereses de seguridad, en una aparente referencia a su guerra en Ucrania.
Kim añadió que Corea del Norte siempre estará junto a Moscú en el frente “antiimperialista” y calificó también la relación con Rusia como “la primera prioridad”.
Los dos mandatarios se citaron en un remoto cosmódromo en Siberia para una cumbre que demuestra que sus intereses se están alineando frente a las confrontaciones que mantienen, cada uno por su cuenta, y cada vez más intensas, con Estados Unidos.
En su intervención inicial, Putin dio la bienvenida a Kim a Rusia y dijo que se alegraba de verlo. El presidente ruso enumeró la cooperación económica, las cuestiones humanitarias y la “situación en la región” entre los puntos de la agenda del encuentro.
Putin y Kim recorrieron las instalaciones de lanzamiento de las naves espaciales Soyuz-2, en las que el líder norcoreano acribilló a preguntas a un funcionario espacial ruso sobre los cohetes. Después se reunieron acompañados de sus delegaciones primero y cara a cara más tarde, de acuerdo con el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov.
La cumbre tuvo lugar horas después de que Pyongyang disparó dos misiles balísticos hacia el mar, ampliando unas altamente provocadoras pruebas armamentísticas que comenzaron a principios de 2022, mientras Kim aprovecha la distracción causada por la guerra que libra Putin en Ucrania para acelerar su desarrollo armamentista.
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur no especificó de inmediato la distancia que recorrieron los proyectiles norcoreanos. La Guardia Costera japonesa, que citó al Ministerio de Defensa de Tokio, apuntó que era probable que hubiesen amarizado ya, pero instó a los barcos a estar alerta por la posible caída de objetos.
La decisión de reunirse en el cosmódromo de Vostochny, el centro de lanzamiento de satélites más importante del país, sugiere que Kim estaría buscando la asistencia técnica de Rusia para sus esfuerzos por desarrollar satélites de reconocimiento militar, que ha descrito como cruciales para elevar la amenaza de sus misiles con capacidad nuclear.
En los últimos meses, Pyongyang ha fracasado repetidamente en su intento de poner su primer satélite espía militar en órbita.