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El fideicomiso bilateral con Venezuela marcó el pico histórico de la relación comercial con ese país. Firmado hace casi 20 años por Néstor Kirchner y Hugo Chávez, este acuerdo prometía convertirse en una gran oportunidad. Por un lado, Argentina conseguía combustible venezolano a bajo costo, que pagaría con fondos públicos que irían a una caja común. Por otro lado, empresarios argentinos exportarían productos que Venezuela necesitaba valiéndose de ese financiamiento estatal. En los papeles era un negocio para todos. Pero en la práctica, el fideicomiso se desvirtuó: fue una oportunidad para empresarios que se hicieron millonarios por ventas con sobreprecio ante la complicidad de funcionarios en ambas orillas.
Iván Ruiz y Mariel Fitz Patrick // INFOBAE
Una investigación periodística de Transparencia Venezuela y el CLIP, con el apoyo de Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), Infobae y el sitio venezolano Tal Cual tuvo acceso a una filtración anónima de reportes confidenciales de la Unidad de Información Financiera (UIF) de Argentina. Estos documentos revelan los millonarios movimientos de dinero realizados por empresarios luego de vender productos a Venezuela mediante este fideicomiso bilateral. Por primera vez, se detalla cuánto dinero ganaron, cómo ocultaron esos activos, en qué bienes invirtieron y, en muchas ocasiones, cómo aprovecharon el sinceramiento fiscal abierto por Argentina en 2016 para blanquear sus fondos sin dar explicaciones sobre su origen.
Los reportes secretos de la UIF aportan cientos de operaciones fraudulentas que, en muchos casos, esconden posibles sobornos para funcionarios que permitieron un desfalco del patrimonio público venezolano en medio de la emergencia humanitaria que ya empezaba a padecer ese país. Millones de dólares retirados en efectivo, sociedades en paraísos fiscales, extrañas transferencias bancarias, testaferros y sobreprecios sistemáticos son algunas de las maniobras que pueden leerse en los informes que analizó durante meses este equipo periodístico.
Estos reportes, hasta ahora desconocidos, explican cómo los nuevos “bolichicos argentinos” usaron firmas offshore y otras maniobras financieras para desviar los fondos públicos venezolanos para la compra de distintos bienes, como propiedades, autos de lujo y embarcaciones en Miami. Mientras se sellaban estos negocios, la UIF alertó sobre decenas de transferencias bancarias desde cuentas vinculadas a los empresarios argentinos hacia sociedades en paraísos fiscales, cuyos beneficiarios finales eran venezolanos. Las autoridades sospechan que estas transferencias podrían esconder sobornos.
Los documentos oficiales, que comprenden desde el 2009 al 2018, se basan en información de organismos públicos argentinos, registros privados del exterior y también en datos enviados por otras unidades de inteligencia financiera, entre otras fuentes. Los informes confidenciales llegaron a los tribunales, pero la Justicia argentina prácticamente no avanzó en acusaciones contra los empresarios locales. La falta de colaboración desde Venezuela bloqueó muchas de las investigaciones judiciales, que necesitan la información oficial desde Caracas para sumar como evidencia de estas maniobras detalladas por la UIF.
Algunos expedientes se archivaron ante la falta de colaboración venezolana, pero muchos otros permanecen en trámite. Sólo hubo dos acusaciones contra argentinos por supuestas maniobras ilegales dentro del fideicomiso bilateral: el caso del empresario Juan José Levy, ya procesado por lavado de dinero, y dos empresarios locales vinculados a la firma Trinswol SA, que fueron indagados la semana pasada por el juez Marcelo Aguinsky por la supuesta exportación de cereales con sobreprecios.
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