Guatemala vota este domingo en unas elecciones convulsas marcadas por la judicialización del proceso impulsada por quienes han querido impedir el cambio político en el país. Desde que el candidato del Movimiento Semilla, Bernardo Arévalo de León, irrumpió por sorpresa en la primera vuelta, consiguiendo quedar en segundo lugar, la Fiscalía y un juez se confabularon para expulsarlo de la contienda acusándolo de fraude.
En este contexto de judicialización de las elecciones, la magistrada del Tribunal Supremo Electoral (TSE) Blanca Alfaro anunció, nada más iniciar la jornada de votación, que el martes presentará su renuncia ante el Congreso. De este modo, dijo que podrá ser investigada por la Fiscalía, si bien no dio detalles de qué se le acusa.
Pese a ello, insistió en que «todo el mundo dice que hay acciones penales en nuestra contra como magistrados y, si las autoridades del Ministerio Público consideran que debo presentarme a la Justicia, lo voy a hacer». Alfaro denunció haber recibido amenazas de muerte en su teléfono móvil y desde hace tres meses, le han colocado papeles en su vehículo en los que le advierten de que acabará en la cárcel.
Desde la primera vuelta celebrada el 25 de junio, el TSE ha estado en el punto de mira al defender la democracia y negarse a suspender la personalidad jurídica del Movimiento Semilla ordenada por el juez del Juzgado Séptimo Fredy Orellana, a petición de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI). Concretamente, el jefe de la FECI, Rafael Curruchiche, que en 2022 fue incluido en la Lista Engel de EEUU de actores corruptos y antidemocráticos, acusa a Semilla de adherir ilegalmente a este partido a más de 300 personas «falsificándoles su letra y firma», así como inscribir a «18 personas fallecidas».
Estas acciones judiciales contra el partido del candidato Bernardo Arévalo de León, que lideraba la intención de voto, provocaron numerosas manifestaciones en los últimos meses frente a la Fiscalía para denunciar un «golpe de Estado» por parte del statu quo que ve amenazado su poder con la irrupción de Semilla, un partido nacido de las protestas multitudinarias contra la corrupción en 2015.
A pocos días de la segunda vuelta, Curruchiche incluso advirtió de que no se descartan más allanamientos, nuevas órdenes de captura y solicitudes de retirada de inmunidad que podrían afectar al propio Bernardo Arévalo para poder ser investigado y encarcelado.
Con información de El Mundo