Lapatilla
El pasado mes de mayo se cumplieron dos años del Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPV), la iniciativa puesta en marcha por el Estado colombiano para lidiar con la ola migratoria proveniente de Venezuela que ha permitido regularizar la estancia en el país de cientos de miles de ciudadanos de ese país y facilitarles la ruta para su integración socioeconómica.
Por El Espectador
En tiempos de gran polarización política esta política pública ha sido una excepción pues se ha desarrollado en un clima de consenso nacional. El ETPV fue puesto en marcha por el gobierno de Iván Duque y, en la práctica, ha sido una continuación, perfeccionada y con un mayor alcance, de las acciones tomadas por su predecesor, Juan Manuel Santos, en cuyo gobierno se adelantaron las primeras decisiones para encauzar el fenómeno migratorio venezolano a través del Permiso Especial de Permanencia (PEP).
La actual administración de Gustavo Petro, aunque ha tenido una actuación bastante más discreta en el tema migratorio que los gobiernos anteriores, ha continuado aplicando el ETPV, un mecanismo ideado para diez años con el fin de que los migrantes tengan estatus regular durante ese tiempo mientras van cumpliendo las condiciones para acceder a visas de residencia.
La estrategia seguida por Colombia a través del ETPV ha despertado también un gran reconocimiento internacional, pues siendo el fenómeno migratorio venezolano uno de los más grandes del mundo, si no el mayor, con 7,3 millones de personas que han salido de su país en pocos años, Colombia ha sido capaz no solo de recibir al 39% de ese éxodo, nada más ni nada menos que 2,8 millones de venezolanos, sino de establecer el camino para su integración en el país, algo muy distinto a lo sucedido en otros países de la región.
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