No estuvo presente, pero fue protagonista. El lunes de esta semana, cuando recibió a Nicolás Maduro en Brasilia antes de la cita de mandatarios regionales, el Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que fue “absurdo” que países democráticos en Europa y América reconocieran al opositor Juan Guaidó, un “impostor”, como presidente legítimo de Venezuela entre 2019 y 2022.
Lula también dijo que las denuncias de autoritarismo contra el chavismo eran una “construcción narrativa”, invitó a Venezuela a integrarse a los BRICS, foro compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, entre otros gestos que apuntalaron el regreso de Maduro a las citas regionales luego de años de alejamiento. La oposición eliminó en diciembre pasado la figura de la presidencia interina o encargada que Guaidó tenía desde enero de 2019 y que fue reconocida por más de 50 países. Su partido, Voluntad Popular, anunció a Guaidó en marzo como carta presidencial para las primarias opositoras, pero en mayo le retiró el apoyo luego de que el exdiputado fuera expulsado a fines de abril desde Colombia hacia Estados Unidos y sin fecha dan de retomo. El ingeniero se encuentra actualmente en Washington DC, desde donde comenta con “El Mercurio” el regreso de Maduro a las cumbres regionales y hace una autocrítica sobre su gestión.
—La cita de presidentes en Brasil estuvo marcada por el regreso de Maduro a estas reuniones. ¿Qué cree que busca Lula al hablar de la “narrativa” en Venezuela y mencionarlo a usted en ese contexto?
“Esto es un intento constante de un grupo de presidentes de blanquear una dictadura, y es muy grave porque mientras Lula dice que la violación de derechos humanos, que la migración es narrativa, quien comete estos delitos en Venezuela, quien ha torturado, perseguido, se siente validado. Esto es impunidad, esto revictimiza a toda la sociedad. Yo entiendo que una relación con un país como Venezuela es importante, pero lo que no se puede hacer es socavar la democracia, o peor aún, validar a quienes cometen delitos. No es que estemos evaluando un régimen anterior, está pasando ahorita en Venezuela. Hay 300 presos políticos, siguen saliendo miles de personas, desplazados por necesidad o por persecución, que es mi caso. Entonces creo que es algo que debe llamar la atención a toda la sociedad democrática del continente”.
—¿Ve algún cambio en la disposición de los mandatarios de la región al diálogo con Maduro?
“Afortunadamente hay debate. En contraposición a lo que hizo Gustavo Petro (Presidente de Colombia) o Lula, está lo que hizo el Presidente Luis Lacalle Pou (de Uruguay) y el Presidente Gabriel Boric (dijo que la situación en Venezuela ‘no es una construcción narrativa, es una realidad, es seria y he tenido la oportunidad de verla en los ojos y el dolor de cientos de miles de venezolanos que hoy día están en nuestra patria). Nosotros no estamos pidiendo que defiendan a una persona, sino que los preceptos fundamentales que tienen que ver con el respeto a los derechos humanos, con una elección libre, que es la petición que hemos tenido desde hace años. Y como dijo el Presidente Lacalle, no se puede tapar el sol con un dedo.
Ustedes en Chile han visto a los venezolanos pidiendo en los semáforos, la crisis que ha existido en la frontera. Es un problema que tiene una causa muy clara, que es la ausencia de derechos fundamentales en Venezuela. Invisibilizar tanto las consecuencias como las causas es hasta peligroso no solo para los venezolanos, es una actitud negacionista ante una crisis severa, con profundas consecuencias y que no es exclusiva de Venezuela. Lo que pasa en Nicaragua, lo que sucede en Cuba y las pretensiones de populismo están presente en la región todavía”.
—Pero de todas maneras está haciendo esfuerzos diplomáticos, ¿qué le parece este intento de Maduro por volver a la comunidad internacional, más allá de sus aliados típicos como Rusia, Nicaragua o Cuba?
“Es lo que siempre han buscado. Hoy tienen algunos oídos. Este es el esfuerzo de toda dictadura: permanecer en el poder a toda costa. En este caso, si encuentra oídos, ellos sin duda los van a aprovechar. Ahora lo que tiene que existir en la contraparte es la defensa de los derechos fundamentales y hay aquí una frase que se ha utilizado muchísimo para justificar incluso atrocidades grandísimas como las que comete Maduro, que es la autodeterminación. Ahora, eso no puede ser el argumento de Lula o de Petro para no hablar de los temas fundamentales. Por eso Lula utiliza el recurso de atacarme para relativizar. Entonces dicen ‘no, bueno, lo que hizo Guaidó estuvo mal, o lo que hicieron los países que respaldaron a Guaidó’. Pero si esa es la opinión de Lula da Silva, de que eso estuvo mal, eso igual no justifica la violación de derechos humanos, la ausencia de una elección libre en Venezuela. Entonces utiliza un recurso de ataque para relativizar y justificar la invitación a un dictador, y catalogarlo de narrativa, básicamente de mentira lo que sucede en Venezuela”.