La presencia de Rusia en Venezuela se ha hecho notar en los últimos años, ya no se trata de un secreto o de un camuflaje binacional, ahora existen vínculos mucho más fuertes que se disfrazan en tratados turísticos para ocultar los verdaderos objetivos del régimen soviético.
Rusia y Venezuela son grandes aliados desde los días de gobierno del presidente fallecido Hugo Chávez, quien se acercó a esta potencia socialista para separarse de la influencia de Estados Unidos en América Latina, sin embargo más allá de cualquier movimiento geopolítico, el peligro de estos primeros apretones de manos fue el enfoque militar y bélico.
Han pasado al menos 15 años de estos primeros acuerdos y ahora Venezuela se ha transformado en un limbo geopolítico donde los rusos viajan para disfrutar de sus vacaciones. Esta situación se dio a lugar por la guerra que sostiene Rusia con Ucrania, lo cual provocó sanciones aéreas y comerciales que limitaron al país soviético en sus destinos turísticos y/o comerciales. Aquí es cuando aparece Venezuela con una ruta aérea neutral, pero cómplice de esta lamentable situación.
Su ruta en Venezuela está ubicada en tren puntos turísticos
Aunque Caracas y Canaima son puntos destacados para el turismo de los rusos, en la isla de Margarita se ha establecido un trato especial con los extranjeros, donde son entrenados previamente por venezolanos y se hospedan en los mejores hoteles.
Una investigación realizada por el portal periodístico Infobae asegura que se emplean radares rusos P18 en el complejo misilístico de la Brigada de Defensa Los Andes, para explorar espacio aéreo colombiano y se emplean dos radares chinos, entre ellos el que está en Santa Bárbara de Barinas. El uso del radar DW- 001, que es pasivo, no emite radiación electromagnética activa, sino que es espía, por lo que recibe y capta las señales de aeronaves en espacio aéreo colombiano. Esta información es obtenida por un general de la Aviación Militar de Venezuela, quien desea mantenerse en el anonimato.