Estados Unidos, Reino Unido, Dinamarca y otros países han pedido más medidas, incluida una mayor vigilancia, ante el auge de las transferencias no reguladas de petróleo en el mar, a medida que crece el temor a una posible contaminación, según un documento presentado a la ONU.
“Estas transferencias socavan el orden internacional basado en normas y aumentan el riesgo de contaminación para los Estados costeros cercanos. Esto pone en peligro los esfuerzos mundiales para prevenir la contaminación procedente de los buques“, afirma el documento.
Los Estados miembros presentaron el documento a la Organización Marítima Internacional (OMI), la agencia marítima de las Naciones Unidas, antes de una importante reunión del Comité de Protección del Medio Marino que se celebrará en julio. También fue respaldado por Australia, Canadá, España y Ucrania.
Cientos de petroleros “fantasma”, que no están plenamente regulados, se han unido a este opaco comercio paralelo en los últimos años, transportando petróleo de países afectados por las sanciones y restricciones occidentales, entre ellos Rusia e Irán.
Según una investigación de Reuters, el año pasado se registraron el mayor número de incidentes en los últimos años, incluidos encallamientos, colisiones y cuasi accidentes en los que se vieron implicados estos buques.
“Estas prácticas arriesgadas, aunque estén bajo la jurisdicción de un Estado de abanderamiento, exponen injustamente a los gobiernos y autoridades nacionales y locales a pagar los costes de respuesta y limpieza e indemnizar a las víctimas“, afirma el documento.
Entre las tácticas empleadas por estos buques figuran la desconexión de los transpondedores de seguimiento, el falseamiento de la localización y la realización de operaciones de buque a buque (STS, por sus siglas en inglés) en lugares situados fuera de las zonas de transferencia autorizadas y, a veces, con mal tiempo para ocultar las actividades.
El documento, que se debatirá en la sesión de la OMI, afirma que las prácticas de navegación engañosas son también “graves amenazas para la seguridad y protección del transporte marítimo internacional”, incluidos los miembros de las tripulaciones.
Los países recomendaron que, cuando los Estados de abanderamiento tuvieran conocimiento de tales prácticas, intensificaran las inspecciones de esos buques y reforzaran la vigilancia de la actividad, incluso en torno a las aguas territoriales.
La aseguradora de buques West dijo en un comunicado reciente que aceptaría cubrir las operaciones STS de los buques sujetos a ciertas disposiciones, entre ellas la “no desviación geográfica”. También señaló que las transferencias deben realizarse con buen tiempo, en una zona de transferencia STS específica y bajo la supervisión de un especialista en amarres cualificado.
Reuters
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