El regreso a la calle de más de 70 periódicos que dejaron de circular en la última década en Venezuela luce improbable debido a la continuidad de políticas restrictivas del gobierno de Nicolás Maduro, su control de la materia prima y los cambios en el patrón de consumo de la prensa, opinan expertos y dueños de medios.
Solo en 2018, 40 periódicos de circulación nacional y regional cerraron sus operaciones y otros 13 redujeron sus ediciones o eliminaron secciones para mantenerse en el mercado, de acuerdo con Espacio Público, una asociación civil defensora de la libertad de expresión.
Hay regiones donde no existe un periódico en circulación, como Zulia, considerado el estado más poblado del país y donde hoy no se imprime ni una sola edición impresa de los 7 periódicos que existieron en los orígenes del madurismo, en 2013.
Las razones del cese de la circulación de diarios y semanarios, entre ellos varios de antiquísima edad, como El Nacional y Panorama, incluyen la crisis económica del país, la escasez de dinero en efectivo y, esencialmente, las restricciones del papel periódico, cuya importación y distribución depende del criterio del gobierno.
El ejecutivo, presidido entonces por Hugo Chávez Frías, eliminó en 2012 el papel prensa como bien de importación prioritaria y dejó a los dueños de medios impresos sin la posibilidad de solicitar divisas a precios preferenciales para importarlo.
Y un año después creó el Complejo Editorial Alfredo Maneiro para editar medios gubernamentales y monopolizar la importación y venta de papel periódico.
Luego, durante la gestión de Maduro, se reforzó su rol como “un instrumento parcializado” que beneficiaba a las publicaciones oficialistas con suficiente materia prima y perjudicaba a los medios críticos o independientes con despachos escasos, retrasados o nulos de papel, planchas de impresión y tinta, explica Espacio Público.
El resultado de las restricciones impuestas por el Complejo Alfredo Maneiro entre 2013 y 2019 fue de “mayor desinformación, menos pluralidad y mayor dominio gubernamental de la opinión pública”, concluye la ONG.
Años después, ¿es posible imaginar siquiera el retorno de los periódicos o el nacimiento de nuevos proyectos impresos en Venezuela? La balanza parece inclinarse a una negativa.
“Es complicado”, opina el director de Espacio Público y responsable del diario digital Crónica Uno, Carlos Correa. El periódico Los Andes intentó hace poco regresar a su versión impresa, aunque sin éxito.
“No les fue bien, porque la gente ya compraba”, dice a la Voz de América.
“Las restricciones asociadas al papel en Venezuela dieron un golpe muy fuerte al patrón de consumo, es decir, ¿hasta qué punto la gente está dispuesta a comprar un periódico? Es mucho tiempo de varios periódicos sin circular”, añade.
Miguel Henrique Otero, presidente editor del diario El Nacional, un medio que mantiene sus operaciones en Internet, confirma que sí tiene proyectos para regresar eventualmente a los kioscos y distintas ventas de calle en todo el país.
“Por supuesto (que hay planes), pero es imposible con el régimen actual”, expresa a la VOA Otero, quien se residenció en el extranjero por amenazas del oficialismo.
Un juez adjudicó el año pasado la sede los terrenos de El Nacional en Caracas a uno de los jerarcas del chavismo, Diosdado Cabello, luego de fallar a su favor en un caso de presunta difamación. Organismos internacionales, como la Sociedad Interamericana de Prensa, calificaron la medida como un “robo” sin justificación.
Otero cree que esa decisión no evitará que, pronto o tarde, El Nacional vuelva a circular. “Nunca nos hemos ido. Un periódico se imprime en cualquier parte”.
La inmensa mayoría de la prensa que dejó de circular en años recientes no parece estar sopesando actualmente la posibilidad de volver en su forma impresa, considera Andrés Cañizález, director de Medianálisis, una asociación civil que ha evaluado desde 2010 el rol social de los medios de comunicación del país.
“Están haciendo de todo para mantenerse en Web, pero no está en los planes volver” a sus ediciones impresas, advierte el también doctor en ciencias políticas.
El “frenazo económico” de Venezuela en el primer trimestre de 2023, luego de una leve recuperación el año pasado y tras 8 años de caída de 80 puntos del producto interno bruto, también aplacan la idea de un eventual retorno de los diarios, opina.
Un caso llamativo en el cierre de periódicos venezolanos es la detención reciente por parte del gobierno del ex director del Complejo Editorial Alfredo Maneiro, Hugo Cabezas.
Cabezas, quien también dirigió la oficina de identificación del país y fue secretario de la Presidencia, fue detenido a principios de abril por su presunta vinculación a actos corruptos en instituciones del Estado.
Correa, director de Espacio Público, dice que es “una pena” que no se haya detenido a tiempo a quien ejecutó “una política destinada a golpear el ecosistema de periódicos” en el país suramericano durante tantos años.
“Había prácticas corruptas asociadas a la distribución de papel. Fue causa del enriquecimiento ilícito de Hugo Cabezas”, afirma.
Cabezas, remarca Correa, fue cómplice de la desaparición de diarios, que este año parecen estar todavía lejos de oír el rugido de sus imprentas andando.