La aplanadora informativa del gobierno se ha echado a andar sobre nuevos trigales: la economía postpetrolera. Esto implica –claro- incrementar las exportaciones no tradicionales, con ajustes a las importaciones, en todo lo cual juega un rol clave el capital privado.
Hacia mediados de diciembre del año pasado, el presidente de la Asociación Venezolana de Exportadores (AVEX), Ramón Goyo, dijo a medios locales que las exportaciones habían crecido 40%. Esto supone la entrada de cerca de 3.000 millones de dólares al país.
Goyo atribuyó el alza a una mejora en los precios de los productos nacionales, a la incorporación de nuevos productos en la cesta exportable y a una mejora en los trámites burocráticos.
El presidente Nicolás Maduro también se refirió al asunto: las exportaciones no tradicionales –afirmó- crecieron 151% desde 2021, lo que supone un monto de 1.314 millones de dólares.
Las importaciones crecieron 106% de USD 3.979 millones a USD 8.194. Maduro indicó que el dinero fue colocado por privados, no por Cadivi. Demandó a los parlamentarios una ley para simplificar y abaratar los procesos de exportación en Venezuela.
También para beneficiar los procesos productivos exportadores, y, además, ensanchar el financiamiento en dólares para los sectores que producen bienes, riqueza y empleo.
Por otra parte, la Cámara Colombo Venezolana informa en su web site que entre enero y octubre de 2022 el comercio total entre Colombia y Venezuela fue de USD 583 millones FOB, lo cual implica un incremento de 90% en relación con el mismo ciclo de 2021 cuando el intercambio fue de USD 307 millones FOB.
Ramón Goyo señaló que “en 2022 estimamos que las exportaciones llegaron a USD 3.000 millones, lo que representa más que duplicar con respecto a 2020 cuando arrancó la pandemia”, evidenciándose que progresivamente se pone en marcha el proceso de exportaciones no tradicionales, principalmente ejecutadas por el sector privado.
Lo anterior –dice el presidente de la Asociación Venezolana de Exportadores (AVEX)- ha sido consecuencia de un crecimiento en la cantidad de productos que se están exportando, de un alza de los precios, y a una incorporación de rubros que se había dejado fuera de de la oferta exportable nacional.
Recalcó que es muy importante la participación del capital privado. Pero, ¿Cuáles son los productos líderes? Muy sencillo: los camarones, el ron, el cangrejo, los conductores eléctricos, el café sin tostar, el alambrón de hierro, el pescado fresco congelado, productos procesados como polvo, manteca y licor de cacao, cuero, productos manufacturados de aluminio, de acero y algunos productos del sector automotriz y manufacturas plásticas.
“Se ha diversificado bastante la oferta exportable venezolana”, dice el dirigente gremial. Piensa que puede continuar el crecimiento: pero se debe mejorar el acceso a los mercados internacionales. Para ello hay que perfeccionar los acuerdos con Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia (Comunidad Andina de Naciones).
Asimismo, es imperativo revisar los acuerdos con Chile, el caso de Mercosur, y convenios con mercados centroamericanos y México que son muy interesantes, expone el portavoz.
Por otro lado, EEUU, Canadá y la Unión Europea (UE) deben ser objetivos claros, ya que existe el Sistema General de Preferencia (SGP) que implica reducciones arancelarias, para beneficiar a los países en desarrollo.
En otro orden de ideas, Goyo dijo que Turquía emerge como un destino importante, así como la ya bien conocida China.
“Nos toca hacer un duro trabajo para colocar las exportaciones, lo cual implica negociaciones con cada país. También en el área interna debemos tener financiamiento nuevamente. La economía privada se mueve con músculo propio, y eso no pasa en los países con los que competimos. Por otro lado, tenemos la presión tributaria. Y la tasa cambiaria que sea competitiva”, lanza de modo veloz varias acciones que urgen.
Goyo agrega que se está exportando metanol, hierro y aluminio, por lo cual no sólo hay que facilitar las exportaciones privadas, sino también las exportaciones del Estado.
En su punto del mapa, Nicolás Rubio es consultor senior en negocios internacionales. Tiene amplia experiencia de consultoría y corporativa en desarrollo de negocios en Latinoamérica y el Caribe. Es doctor y magíster en Ciencia Política (2022 & 2015, USB), especialista en Negocios Internacionales (2006, UNIMET), y tiene un MBA y un BS in Business Administration – International Business (2001 & 1999, Rochester Institute of Technology). Ofrece una visión técnica del asunto.
“De acuerdo con mediciones internacionales (Foro Económico Mundial, 2019; IMD, 2021), Venezuela es uno de los países menos competitivos del mundo. Generalmente, los países (sectores público y privado) buscan mejorar la competitividad territorial y sectorial para hacer a las empresas más competitivas en el mercado internacional”, aterriza en áridos territorios.
Esto no ha ocurrido en nuestro país en largo tiempo, asevera Rubio. “Indudablemente, esto representa un reto adicional para las empresas venezolanas que buscan acceder a mercados internacionales mucho más competitivos que el nuestro”, una opinión en la que se despoja de todo discurso panfletario.
Y roza con algunos puntos tratados por Goyo: En cuanto a mercados, sostiene el experto, todavía no hay certidumbre sobre el retorno del país a la Comunidad Andina (Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia).
“Sin embargo, luego de la salida de la CAN, una decisión sin mucho sentido hecha efectiva en 2011, Venezuela firmó acuerdos de alcance parcial (AAP) con Colombia y Perú que están vigentes. Venezuela también salió del G-3 con Colombia y México y además más recientemente fue suspendida del Mercosur”.
Piensa que es posible que existan algunas oportunidades en los países aliados o cercanos al gobierno, como el caso de México. No obstante, “Venezuela es un Estado que carece de tratados de libre comercio (TLC) con mercados de envergadura como los Estados Unidos y la Unión Europea, como sí los tienen Colombia, Perú y Chile, por ejemplo”, coincide con el presidente de AVEX.
“Eso claramente es una desventaja considerable a nivel institucional para las empresas que deseen exportar desde el país a esos mercados. Que un Estado tenga TLCs con esos mercados contribuye a mejorar su reputación como fuente de exportaciones, debido a las obligaciones que su Gobierno y empresas deben cumplir”, remacha la fuente.