La capital deltana a pesar de estar compuesta por ocho parroquias, solo una sola quemaron a Judas y sin rostro.
La tradición en todos los rincones de este país era quemar hasta las cenizas a personajes de la política que no cumplieron sus promesas, traicionando a sus pobladores.
En el Delta los mayores empleadores son Gobernación y Alcaldías. De estás últimas, cuatro en total y en cualquier familia hay un empleado público.
Aunque el descontento es mayúsculo los únicos que hicieron un Judas y lo quemaron, fueron los habitantes de Los Cañitos de La Horqueta. En esta comunidad hicieron al detestado personaje, pero sin rostro. El miedo es libre y se entiende.