La conmemoración del Día Mundial de la Salud coincide, este año, con el 75° aniversario de la Organización Mundial de la Salud (OMS), instancia que promueve como lema “Mejoras en la Salud Pública. Salud para todos”. Pero esta aspiración de revisar los éxitos de más de siete décadas y motivar a las naciones a la acción, para abordar los desafíos del sector de cara al futuro, no encuentra eco en un país como Venezuela, cuyo sistema hospitalario presenta fallas estructurales, además de un evidente déficit de insumos, equipos y personal especializado. Ante esta realidad, el acceso a una atención médica gratuita y de calidad ha dejado de ser un derecho humano que beneficie a todos, para convertirse en un privilegio de pocos y pudientes.
En medio de un escándalo de corrupción sin precedentes, se evidencia que con el colosal desfalco de fondos públicos se ha dejado de atender áreas sensibles para garantizar el bienestar y la calidad de vida de la ciudadanía, entre ellas la salud. Así, lejos de mejorar, la crisis del sector salud amenaza con profundizarse por falta de inversión y ausencia de políticas efectivas para hacer frente a la crisis.
En declaraciones recientes, la directora ejecutiva de Transparencia Venezuela, Mercedes De Freitas, señalaba que el monto del desfalco por la trama de la corrupción en Pdvsa, que algunos ubican en USD 3.000 millones, equivale a un tercio del presupuesto de la nación.
A pesar de la opacidad y las restricciones al acceso a la información pública, la organización obtuvo a través de una fuente el proyecto de Presupuesto 2023.
En un primer análisis del documento, determinó que de los USD 9.765.665.449 que aprobó la Asamblea Nacional, se asignaron al Ministerio de Salud casi 727 millones de dólares, monto que equivale a, apenas, 7,44% del total.
Además de lucir insuficiente para paliar la crisis en un sector con tantas carencias, esta cifra se reduce aún más si se toma en cuenta que USD 315 millones, es decir, 43,4% del total de la asignación, se destinará a la ejecución de tan sólo 7 proyectos. Se espera que éstos no corran la misma suerte de las 246 obras inconclusas documentadas por Transparencia Venezuela, de las cuales 22 son del sector salud.