Yira Yoyotte | Especial
Desde hace 28 años Iraida García se desempeña como fisioterapeuta en el Centro de Rehabilitación Dr. Alejandro Rhode del Instituto de los Seguros Sociales (IVSS), ubicado en el Hospital Miguel Pérez Carreño, en Caracas.
Este 15 de marzo, Día Nacional de las Personas con Discapacidad, García reflexiona sobre la situación de los pacientes que a diario atiende y asegura que en Venezuela urge la necesidad de implementar políticas públicas para evitar, por ejemplo, que los pacientes diabéticos sigan siendo amputados de sus extremidades superiores o inferiores.
“La situación económica del país retarda el tratamiento, entre otros, para los pacientes diabéticos, no se realizan a tiempo las evaluaciones artero-venosos y las heridas o golpes se vuelven crónicas y estos pacientes terminan siendo amputados de sus extremidades inferiores”, dijo la especialista.
García, quien ostenta el escalafón número IV dentro de su especialidad, indicó que en el país no existen suficientes servicios públicos de podología donde los pacientes diabéticos puedan ir con frecuencia a cortarse las uñas o a curar alguna herida.
“En Venezuela no hay medicina preventiva, en consecuencia, los pacientes diabéticos, por ejemplo, se manipulan así mismos, se lesionan, se cortan o se infectan y no dicen nada o no tienen recursos para adquirir el antibiótico que requieren. Todos los hospitales públicos del país deberían tener un servicio para ellos, pero en realidad no es así”, precisó García.
La especialista explicó que, dada su condición, los pacientes con diabetes cuando se producen una herida, se golpean los pies o se cortan las uñas asi mismos terminan lesionados y para colmo no tienen recursos económicos suficientes para comprar los antibióticos.
“Debe haber medicina preventiva para que esas lesiones no lleguen a la necrosis y mucho menos a la necesidad imperiosa de amputar una extremidad”, señaló.
Protocolo terapéutico
Iraida García lamentó que en la actualidad un importante número de jóvenes, de ambos sexos, terminan siendo amputados de sus extremidades superiores o inferiores debido a la gran cantidad de accidentes en motos que se producen a diario.
“En ese sentido también se deben tomar medidas muy severas y evitar la anarquía que existe. De cada 10 pacientes amputados que atendemos aquí 4 o 6 son jóvenes de muy corta edad”, indicó.
En cuanto al protocolo a seguir con este tipo de pacientes García enumeró el tratamiento de la siguiente manera: a) Restablecimiento del equilibrio, b) Restablecimiento de la marcha y c) Preparación del muñón para la prótesis (tratamiento pre protésico).
“El asunto de la prótesis hoy en día es un tema muy delicado. No todos los pacientes califican para las prótesis, pero además no todos tienen recursos para cancelar la que necesitan”, explicó la fisioterapeuta.
Con conocimiento de causa porque a su esposo le hicieron hace dos décadas una amputación transtribial luego de haber recibido una herida de bala, García explicó que una cuenca para prótesis de pierna puede llegar a costar hasta 2.500 dólares americanos.
“Una media para prótesis ya cuesta entre 400 y 600 dólares, es decir, muy pocas personas amputadas pueden costear esos gastos”.
Relató que en el Centro Nacional de Rehabilitación del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) ya no dan las prótesis en calidad de dotación y estima que no hay ningún hospital público del país donde se puedan conseguir gratuitamente este tipo de aparatos ortopédicos.
El miembro fantasma
Iraida García dijo que dentro del protocolo terapéutico para personas amputadas de sus extremidades superiores o inferiores existe, además, la Técnica de Rood, la cual consiste en “desensibilizar” el miembro que ya no existe.
“Las personas que han sido amputadas de sus extremidades siguen sintiendo que esa pierna o ese brazo está allí. Esa pierna, ese brazo o mano sigue representado en el cerebro de la persona por eso lo sigue sintiendo”, precisó.
García agregó que es por esa razón que durante la terapia pasan por la zona amputada varias texturas, hacen golpeteos, cepillados y adormecen las terminaciones nerviosas.
“Este centro de rehabilitación público es uno los mejores del país y aun así en la actualidad no tenemos gel, las pesas no están acordes a las necesidades del paciente, no hay ligas de teraban para hacer ejercicios de resistencia y hasta los balancines estan dañados, pero trabajamos con lo que hay”, explico García.
Cabe destacar que los sueldos y salarios del personal de este centro de rehabilitación nacional son tan deficientes como los de cualquier otro empleado público. El de mayor ingreso no llega a percibir el equivalente a 40 dólares al mes, aun asi laboran con ahínco, entrega y dedicación.