Cada semestre de una universidad privada en Lara se vuelve impagable y con eso llega la desesperanza para los jóvenes, pues los altos costos de las mensualidades limitan los estudios.
Ana Godoy decidió reiniciar sus estudios luego de casi cuatro años que congeló en la Universidad Fermín Toro, pero cuando se dirigió a la institución para conocer los costos del semestre casi se cae para atrás, cuando en el área de información le indicaron que debía cancelar 145 dólares y $10 de seguro para poder inscribirse.
“Es demasiado dinero porque trabajo, pero mi sueldo mensual es de 150 dólares. Ese costo sólo es para la inscripción, ¿y las otras cuatro cuotas cómo las cancelo? Por lo general, la mensualidad queda casi cerca de lo que sale la inscripción”, sostuvo Godoy.
Iribarren y Palavecino han sido dos municipios que por años han formado profesionales, pero desde que comenzó la crisis económica pocos son los jóvenes que salen con título en mano. Hay quienes abandonan los estudios en el segundo semestre porque no tienen cómo seguir pagando.
En un recorrido que hizo LA PRENSA por varias casas de estudios, pudo constatar que dos de ellas se encuentran con inscripciones abiertas. La primera es la UFT y la otra es el Tecnológico Antonio José de Sucre, extensión Barquisimeto.
Las universidades han estado promocionando sus inscripciones y las carreras que tienen, pero los elevados costos han hecho que la deserción gane terreno.
En el tecnológico la inscripción está en $80, mientras que las cinco cuotas por el semestre quedarían en $55.
Juan Quintero, dirigente estudiantil, indicó que las universidades privadas se han vuelto impagables; sin embargo, explicó que es una situación económica que asfixia a ambas partes.
“La deserción ha sido terrible, más que todo para los que están iniciando carrera porque los que están a mitad hacen el esfuerzo para poder graduarse”, dijo Quintero.
Quintero explicó que en el caso de la Universidad Yacambú existen convenios de pagos y becas para los estudiantes y que continúen sus carreras.