Más allá de una lucha entre gigantes tecnológicos, la Inteligencia Artificial, cada vez más avanzada, plantea dilemas económicos y sociales.
La competencia entre Microsoft y Google por el control y liderazgo de la Inteligencia Artificial – IA, es sólo una parte de la explosión de la nueva generación de la IA.
Lejos está la Inteligencia Artificial de equipararse con la Inteligencia Humana, pues de ésta es que se nutre. Lo reconocen hasta sus creadores: “alucinaciones” de los chatbots evidencian peligros de las IA.
Apenas se está especulando sobre sus consecuencias sociales. Pero sobre todo, sobre su impacto económico e industrial y cómo nos van a cambiar la vida. A modo de borrador sirvan estos apuntes con algunos de los debates que ya debemos empezar a tener. Veamos algunos de ellos:
La IA rompiendo paradigmas
Se trata de una tecnología alucinante, en la que no podemos confiar. Por lo menos no por ahora.
La IA está elevando el nivel de calidad de las fake news, sobre todo los videos tipo deepfakes.
Con la IA se pone en tela de juicio la seguridad y confiabilidad de los conjuntos de datos tabulados en Internet.
Va a haber mucha ideología codificada en modelos de lenguaje, manejados por la IA.
De nuevo se pone sobre el tapete de discusión, el desplazamiento de mano de obra por tecnología.
Los humanos tenemos una relación confusa con la IA. Un ejemplo es el el ingeniero de Google que, probando LaMDA, concluyó que “la IA podía sentir”.
Otro elemento que destaca en esta carrera de las grandes tecnológicas, por el liderazgo de la IA, es el efecto que está causando sobre los cimientos de la industria audiovisual.
Pérdidas , despidos, y más…
Algunos analistas han vislumbrado que, para 2026, el 90% de los contenidos podría generarse de manera digital.
Esto al margen del efecto que este avance tecnológico cause sobre el empleo, la economía y la desinformación.
Por otro lado, algunos analistas se preguntan: ¿cómo es posible que el nivel de ChatGPT sea tan abrumadoramente superior a los asistentes de voz de tres de las compañías más grandes del mundo? Como es el caso de Amazon, con Alexa; Apple, con Siri y Google?
Esto es un nuevo nivel de alerta, de encendido de las alarmas en las big tech, pero desde el punto de vista financiero.
ChatGPT está causando un agujero de $10.000 millones en las cuentas de Amazon, despidos y desencanto. Mientras tanto, OpenAI está en boca de todos y se apunta a una valoración de 20.000 millones de dólares para inversores.
Entre líneas: ¿vulnerando el derecho de autor?
Por un lado, hay un sector de artistas y creativos que denuncian el modo en que estos modelos de IA han aprendido, a partir de sus obras. Pero sin consultarles, ni pagarles. Así como las posibilidades que se abren para imitar el estilo de algún artistas en particular, con sólo pedirlo.
Igualmente se ha abierto el debate sobre el uso de la IA para generar noticias falsas, y alimentar matrices de opinión de manera errónea. Un claro problema para los territorios políticos, de promoción y mercadeo.
Y todo este panorama de efectos de la IA sobre las finanzas es solo uno de los problemas adicionales. Pues en Europa se adelanta una legislación para controlar normar el uso de esta tecnología. Un tema que bien puede traer mucha controversia en el corto plazo.
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