Por: Karla Ávila Morillo
Cuando muere un gran atleta tal y como lo fue Edson Arantes do Nascimento, no puede pasar desapercibido, es ahí cuando vienen muchos recuerdos y anécdotas, como por ejemplo, entre los años sesenta y setenta lo apodaban “la perla negra” por su gran valor como deportista y ser un símbolo social de superación personal, ya que de ser un pequeño que limpiaba botas para ganarse la vida y ayudar económicamente a su familia, pasó a ser un destacado futbolista de talla mundial, reconocido por el poder de sus piernas, por ser temperamental en la cancha, lo que trajo algunas polémicas, pero además por el dominio de una técnica impecable que lo hizo merecedor de decenas de premios, entre los que destacan los títulos de “Mejor deportista y mejor futbolista del siglo XX”.
Este 29 de diciembre de 2022, horas después que su hija Kely diera a conocer su fallecimiento en el Hospital Israelita Albert Einstein de São Paulo, las estadísticas en Google se disparaban cerca de 1,570,000,000 resultados de búsqueda sobre este ícono del deporte y se espera que sigan en ascenso.Su familia le decía Dico, pero popularmente los espectadores le llamaron siempre “El rey Pelé” y aunque se hizo famoso por jugar futbol y levantar tres veces la gran copa de la FIFA en tres mundiales distintos, lo cierto es que también fue compositor musical de la banda sonora de la película documental francesa “Pelé” (1977), tocaba la guitarra, fue actor de cine y televisión, escribió como articulista para la agencia EFE en los años 70, además destacó como un notable político que ejerció como ministro de deporte en Brasil.
Lo que se diga en esta nota especial post mortem sobre el astro brasileño del futbol mundial, Don Edson Arantes do Nascimento, queda breve para lo que él significa para familiares, amistades, conocidos, fanáticos y sus seguidores.Recientemente estuvo internado un poco más de un mes en el Hospital Israelita Albert Einstein ubicado en el distrito de Morumbi de São Paulo, considerado el mejor centro de salud de América Latina y señalado como uno de los cincuenta mejores del mundo, por lo cual tuvo la mejor atención posible, rodeado de excelente personal médico y sus familiares más cercanos quienes lo acompañaron hasta su último suspiro.
Su diagnóstico era cáncer, motivo por el cual estaba recibiendo quimioterapia, sin embargo, cuando su organismo dejó de responder al tratamiento, comenzaron los cuidados paliativos propios de una persona con expectativa de vida corta por causa del cáncer de colon que lo aquejaba y que finalmente no respondió a los tratamientos curativos debido a que ya presentaba metástasis en varios órganos de su cuerpo.
Desde el momento que se supo lo delicado de su estado de salud, fueron decenas de oraciones y dedicatorias por su mejoría, hicieron homenajes y se vieron cientos de testimonios, recuerdos y palabras de aliento para Pelé en las redes sociales, asimismo, después de su muerte, continúan las distinciones, como, por ejemplo, la iluminación especial con los colores amarillo y verde de la estatua del Cristo Redentor, igualmente el estadio Maracaná y el Palacio de los Bandeirantes en Brasil.
Por su parte, el Gobierno de Brasil decretó tres días de luto oficial por la muerte del futbolista Edson Arantes do Nascimento, mientras que el estado de São Paulo y la alcaldía de la ciudad de Santos, donde Pelé desplegó gran parte de su carrera profesional, declararon luto oficial por siete días.
Según el departamento de deportes de la agencia de noticias EFE, “el velatorio de Pelé será en el estadio del Santos el próximo lunes y sus restos mortales serán enterrados el martes 3 de enero. El féretro se ubicará en el centro de la cancha del estadio Vila Belmiro. El cortejo pasará por la zona del Canal 6, donde vive la madre de Pelé, Celeste Arantes, que tiene 100 años, antes de dirigirse al cementerio Memorial Necrópolis Ecuménica, donde será sepultado en una ceremonia reservada a los familiares”.
Murió físicamente, pero deja un legado eterno de valores deportivos que hicieron que muchas personas alrededor del mundo se acoplaran en un aire que fomenta el respeto, la cooperación, las relaciones sociales positivas, la amistad, la sana competitividad, el trabajo en equipo, la participación de todas las personas y sobre todo la expresión universal de sentimientos de unión y hermandad.