Jair Bolsonaro habló por primera vez desde los resultados de las elecciones el domingo. El mandatario brasileño se reivindicó como líder de la derecha y no se refirió a la derrota. Tampoco habló de su rival Lula da Silva, quien ganó los comicios y es el nuevo presidente electo de Brasil.
“Quiero comenzar agradeciendo a los 50 millones de brasileños que votaron por mí”, dijo el mandatario brasileño desde el Palacio de la Alvorada.
“Nuestra robusta representación en el Congreso representa nuestra valores: Dios, patria y familia”, agregó Bolsonaro.
Bolsonaro dijo siempre fui rotulado como antidemocrático y que siempre jugo dentro de las líneas de la Constitución.
Tras el triunfo de Lula, Bolsonaro superó más de las 36 horas de silencio sin sostener reuniones públicas.
Hasta el momento, el líder de la ultraderecha se había recluido en su residencia oficial, en Brasilia, que solo había dejado para dirigirse al Palacio presidencial, pero sin hablar y con sus redes sociales, siempre febriles, totalmente mudas durante los últimos tres días.
Mientras el gobernante callaba, grupos de camioneros han bloqueado carreteras en casi todo el país desde la madrugada del lunes y, según videos divulgados en las redes sociales por cabecillas de esa rebelión, sólo pondrán fin a la protesta cuando “el Ejército intervenga” para “impedir que vuelva el comunismo”.
En un durísimo editorial, el influyente diario O Globo calificó esa protesta como “el Capitolio de los camioneros”, en alusión a los disturbios provocados en Washington por seguidores de Donald Trump en enero de 2020.
La Corte Suprema se ha puesto firme y ordenado que las fuerzas de seguridad depongan la actitud de los camioneros golpistas, a los que ha amenazado con durísimas sanciones penales y pecuniarias.
El ministro de Justicia, Anderson Torres, aseguró este martes que la Policía Federal de Carreteras (PRF, por sus siglas en portugués) actúa de forma “ininterrumpida” y que ya ha despejado el tránsito en 192 “puntos de bloqueo”.
Sin embargo, la propia PRF informó este mismo martes que todavía había 267 bloqueos parciales o totales en carreteras de 23 de los 27 estados del país.
Uno de ellos, cercano al aeropuerto internacional de Guarulhos, en Sao Paulo, en el que se informó que, por esa situación, 25 vuelos han sido cancelados desde la noche del lunes.
El gobernador de Sao Paulo, Rodrigo García, garantizó que será empleada “toda la fuerza necesaria” contra los camioneros, a los que recordó que “las elecciones acabaron”, que “existe un resultado de las urnas” y que hay “un presidente electo, que es Lula”.
En el mismo sentido se pronunció el gobernador de Minas Gerais, Romeu Zema, quien al igual que García apoyó a Bolsonaro durante el proceso electoral.
La protesta también ha sido desautorizada por la Confederación Nacional del Transporte (CNT, patronal) y por todos los gremios formales de camioneros, que han aclarado que el movimiento es liderado por “pequeños grupos” de autónomos.