Abordar una curiara (embarcación de remo de confección indígena) para recorrer las aguas del Parque Nacional Canaima, contemplar los tepuyes y hacer una excursión hacia el Auyantepuy para observar el imponente Salto Ángel sería una agenda que redondearía un día vacacional inolvidable.
El Parque Nacional Canaima cada vez recibe a más viajeros. Es una locación famosa incluso entre personalidades extranjeras, pues no son pocas las veces en las que se ha difundido la presencia de algún influencer, actor o cantante en las benditas tierras del municipio Gran Sabana del estado Bolívar.
Lo que debería ser una evidencia del resurgir de la industria turística en el país, no es más que una ilusión a la que pueden acceder solo los privilegiados que forman parte de la «burbuja», ese 10% de la población que se ha beneficiado del rebote económico que experimentó el país en el último año.
El salario promedio de un trabajador del sector privado alcanza apenas los $126,5 mensuales, según cifras del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) hasta agosto de 2022. Si se considera la administración pública, la cifra cae a aproximadamente $21 de remuneración mensual (depende del tipo de cambio del día).
Para pagar los paquetes más económicos a Canaima, un empleado del sector privado tendría que dedicar el salario íntegro de 154 días laborales, alrededor de unos siete meses sin hacer ningún otro gasto. Para el trabajador de la administración pública el ahorro tendría que ser de 928 días de trabajo, unos 40 meses.