Carúpano y la zona de Paria una vez más honraron a la virgen de los pescadores al cumplirse el pasado 08 de este mes, el ciento once aniversario de su coronación canónica y 101 años de haber sido proclamada Patrona del Oriente Venezolano
Tradición de un pueblo
Durante inicios de mes, la imagen de la virgen marinera era llevada en procesión desde las iglesias hasta los sectores, donde los devotos le honraban con cánticos, comidas y bebidas tradicionales y actividades culturales que cerraban el día con actos litúrgicos, realizando la madrugada del día siguiente el Rosario de Aurora. En la víspera de la celebración la noche del miércoles 07, las casas de familia en localidades como El Pilar en el municipio Benítez, Irapa en el municipio Mariño o Tunapuy en el municipio Libertador con su peculiaridad, preparaban el festín acompañados de flores para la celebración a «Vallita», retumbando a la medianoche del jueves ocho, los cohetes y campanadas que anunciaban la celebración patronal .
Las iglesias realizaron la Misa Solemne, mientras que en la costa, los pocos pescadores que contaban con motor y combustible salían algunos hacia la isla de Margarita a los actos centrales; otros con sus bote decorados con bambalinas y repletos de familias paseaban en la mar a la Virgen Marinera uniéndose a las regatas que realizan en Playa Grande o en Guaca en Carúpano o en El Morro o Rio Caribe en el municipio Arismendi.
Pocas imágenes al sol
En tierra firme este año fueron pocas las caravanas y las imágenes en las puertas, a pesar del decreto gubernamental no laborable para el estado Sucre; algunos por el inclemente sol; otros por la falta le recursos para atender las visitas durante la celebración.
Petición colectiva
Al paso de los creyentes cerca de las imágenes era un común la petición colectiva: «Que las cosas mejoren y que este país cambie», fue la petición de Maritza Tineo ante la imagen de la virgen bonita en la calle Las Margaritas de Carúpano. A todas estas, carupaneros y parianos se unen en la fe para que la virgen bonita interceda ante nuestro padre para traer el tan anhelado milagro.