El director de EsPaja.com, Víctor Amaya, analizó cómo funcionan las operaciones de desinformación en el contexto venezolano y brindó recomendaciones para ayudar a la ciudadanía a reconocer los contenidos manipulados que circulan en las redes sociales.
El disminuido ecosistema mediático venezolano, producto de la persecución, la censura y la autocensura, es el escenario propicio para la proliferación de fake news así como contenidos engañosos y errados que distorsionan el panorama informativo, impidiéndole a la población tomar mejores decisiones; esta fue la opinión expresada por el periodista venezolano Víctor Amaya, director de EsPaja.com, plataforma de fact-checking de Transparencia Venezuela, en el foro virtual “Cómo se producen y multiplican las fake news”, realizado por el Observatorio Venezolano de Fake News en horas de la mañana de este lunes 22 de agosto.
Para el periodista especializado en verificación de información “una sociedad mejor informada es capaz de tomar mejores decisiones”, sin embargo, en el contexto venezolano, donde ha sido sido bloqueado el acceso a “más de 1000 páginas web” de
medios de comunicación y funcionan escasamente 20 medios impresos de los 200 que operaban hace siete años, informarse es un nuevo desafío para la ciudadanía.
A juicio del especialista “al no tener un robusto ecosistema informativo, evidentemente la desinformación tiene más cancha de actuación”, por lo que los contenidos manipulados en lugar de reducir su circulación se amplifican de forma exponencial debido al “fácil y rápido acceso a las tecnologías para la creación y distribución de contenidos”.
Explicó en este sentido que lo que sí se puede percibir es un aumento del interés por parte de periodistas, medios de comunicación, así como de la sociedad civil “desde los años 2017, 2018 y 2019” de atender el fenómeno de la desinformación y combatirla.
Sobre esto último, mencionó el trabajo de las unidades de verificación de Cocuyo Chequea en Efecto Cocuyo y Chequéalo de El Diario, así como las iniciativas del Observatorio Venezolano de Fake News, la red de Cazadores de Fake News , el medio digital de fact-checking Cotejo.info y la plataforma de EsPaja.com, que dirige el propio Amaya desde 2019.
El proceso de verificación en Espaja.com
Sobre el proceso de selección de unidades desinformativas para el proceso de verificación, Amaya explicó que el proyecto que dirige cuenta con un equipo de cinco verificadores que monitorean constantemente la información que circula en redes sociales y plataformas de mensajería instantánea.
Asimismo, cuentan con canales telefónicos en los que reciben solicitudes de verificación por parte de la colectividad como es el caso de WhatsApp y Telegram, en este último, “un sistema robotizado” conocido como el “Es Paja Bot” recibe insumos de verificación y remite una respuesta en el caso de encontrar coincidencias con desinformación desmentida previamente.
Por otra parte, la ciudadanía puede verificar de forma directa en la página web de EsPaja.com a través del buscador para conocer si “es verdad o es paja que” sobre determinada información que circula. Si la información ya ha sido verificada el usuario tendrá acceso al artículo respectivo, y en caso contrario, los verificadores recibirán una alerta y el contacto de la persona para responderle posteriormente con el resultado de la verificación.
Cómo reconocer la desinformación
Para Amaya existe una serie de elementos claves que pueden ayudar a la colectividad a percatarse de que están frente a contenidos creados para manipular. Uno de ellos es la emocionalidad, pues considera que las emociones primarias como “rabia, dolor, una molestia, una profunda alegría o ilusión” son usadas por actores de desinformación para producir una acción en las audiencias.
En ese sentido, también es útil identificar los expresos llamados a la acción que invitan a compartir, reenviar y viralizar los mensajes bajo la premisa de multiplicar los agentes de desinformación.
Asimismo, recomendó desconfiar de los audios reenviados en WhatsApp en los que se dice que “alguien me dijo que tal cosa” o “bueno hermano aquí en el cuartel tal cosa” e incluso audio en los que la voz se parece a la de alguien conocido, pero no es él.
Además, en casos donde no es clara la fuente de la información conviene revisar bajo criterios periodísticos para identificar la presencia de cinco elementos: “qué, quién, cómo, cuándo y dónde ocurrió”, dijo.
Por norma general, una noticia será publicada en un medio de comunicación, pero si esto no es así, es un claro indicador de que se trata de desinformación. “Toda información en la que los periodistas estén trabajando la van a reflejar y la van a comentar”, explicó Amaya.
La ciudadanía tiene así un rol de corresponsabilidad al ir curando y seleccionando el contenido que consume en redes sociales pues la desinformación “es una realidad con la que tenemos que lidiar todos los días”, concluyó Amaya.
Puedes ver el foro virtual completo a través del siguiente enlace: