Especial desde Berlín: Martha Escalona Zerpa
Bajo el lema «A pulso de la ciencia y de la atención primaria en salud mental» se realizó el pasado noviembre 2021 el Congreso de Psiquiatría y Psicoterapia del DGPPN en el centro de eventos CityCube de Berlín. El Congreso DGPPN se realiza anualmente en la capital alemana y es considerado la cumbre de expertos más importante en el área de salud mental en los países de lengua alemana.
Desde el trastorno de ansiedad hasta el trastorno obsesivo-compulsivo: el programa de ciencia y capacitación del Congreso DGPPN 2021 ofrece un panorama general sobre los desarrollos actuales en el campo de la salud mental, ofreciendo conocimientos actualizados en la prevención, el diagnóstico y la psicoterapia.
Tres temas centrales fueron leitmotiv para la discusión pública en sendas conferencias de prensa: 1- La transformación digital y salud mental, 2- La prevención del suicidio y 3- El cambio climático y
trastornos psíquicos coadyuvantes.
La transformación digital, basada en el uso de tecnologías electrónicas y robóticas, es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. El aumento de su uso está cambiando la atención médica y psicoterapéutica. Sobretodo a raíz del súbito surgimiento de la pandemia del coronavirus se ha generado a nivel mundial un enorme impulso a la digitalización.
Sin embargo, aunado al efecto positivo de la atención via digital por parte del personal médico y psicoterapéutico a pacientes, también existen una serie de riesgos éticos y legales que deben tomarse en serio. Estos riesgos van desde el abuso de datos hasta la deshumanización de la relación médico-paciente.
Las soluciones digitales pueden amortiguar algunos de los efectos negativos de la pandemia de corona. Debido a ello, la legislatura europea ha creado posibilidades en los últimos meses para transformar aún más el sector de la salud, con la creación de la Ley de Suministro Digital (DVG)., el cual constituye la base legal para el derecho del paciente a la atención con aplicaciones de salud digital.
Las ventajas son obvias, porque se puede acceder a las aplicaciones con soporte digital de forma rápida y sin contacto, lo que reduce las restricciones del contacto personal, sobre todo durante las fases de confinamiento y los tiempos de espera hasta el inicio de un tratamiento personal.
Así mismo el tratamiento con video también se ha vuelto más importante como resultado de la pandemia. De acuerdo con la Ley de Modernización de la Atención y el Suministro Digital (DVPMG), hasta el 30% de los servicios médicos y psicoterapéuticos ahora se pueden proporcionar a través de consultas por video.
Y si bien es cierto, que las ofertas en línea no pueden reemplazar el tratamiento presencial, son una oferta útil y un buen complemento para personas con una síntomatología menos grave o para personas con un umbral de inhibición alto.
Aunque la situación de la pandemia ha venido siendo parcialmente contenida por el uso de estas herramientas digitales en el contexto de las restricciones de contacto, la situación actual ha llevado a muchas personas a sus límites mentales. El miedo a una infección, las preocupaciones por los efectos en la vida familiar, social y laboral y el aislamiento social han hecho que muchas personas se sientan inseguras.
Actualmente se están investigando los efectos de la pandemia a nivel psíquico. En particular, las personas con una enfermedad mental existente se han visto muy afectadas por la pandemia y han aumentado el riesgo de que la enfermedad psíquica se empeore. Esto se aplica a la población en general con mayores tasas de depresión, ansiedad y estrés; en este caso, afecta particularmente a las personas más jóvenes. Pero también afecta a las personas con enfermedades mentales de muchas formas, especialmente cuando pensamos en tratamientos necesarios, por ejemplo con terapias psicosociales.
Desde el punto de vista de los expertos de la DGPPN, que pertenecen a la red de competencias «Salud Pública COVID-19», la gestión de crisis psicosociales debe incluir tanto iniciativas generales para mantener y promover la salud mental de la población como medidas especiales para pacientes con enfermedades mentales previas y para personas con angustia mental aguda.
El resguardo y cuido de la salud mental debe ser ya desde el principio de una pandemia un elemento central del control y la gestión de una pandemia. Para el futuro, se necesitan conceptos sostenibles para la gestión responsable de una crisis similar con el fin de proteger a los más personas mas débiles y vulnerables de la sociedad como nis, adolescentes, adultos mayores, enfermos crónicos, etc.
Y en vista del crecimiento del uso de las herramientas digitales es fundamental tener en cuenta los criterios de calidad con respecto a la eficacia, la seguridad del paciente y la protección de datos, de modo que los pacientes y los médicos solo utilicen herramientas digitales que sean no solo útiles sino seguras.