Suecia sigue los pasos de su vecina Dinamarca, que el pasado viernes anunció el cierre de la vida cultural y de ocio para hacer frente a la rápida extensión de la variante ómicron de coronavirus. Las autoridades sanitarias suecas no llegan tan lejos, pero sí recuperan algunas de las restricciones levantadas el pasado septiembre. Actualmente su incidencia de contagios es de las más bajas de Europa -329 casos por 100.000 habitantes en 14 días, frente a los 2.036 de Dinamarca-.
Por La Razón
La primera ministra sueca, Magdalena Andersson, no se ha andado hoy por las ramas y ha pedido a la población un “comportamiento responsable” para evitar un aumento del sistema sanitario. “La situación es preocupante. La propagación de la infección está aumentando rápidamente y estamos viendo una carga cada vez mayor para la atención médica. La propagación de la nueva variante del virus ómicron es preocupante“, reconoció.
“Quiero dirigirme al pueblo sueco ahora: debemos asumir la responsabilidad conjunta y adaptarnos a la nueva realidad en este momento”, aseguró Andersson al anunciar la puesta en marcha de nuevas medidas para “ganar tiempo”.
El Gobierno sueco recomienda teletrabajar a todos aquellos que puedan hacerlo. Pero los planes para extender el certificado covid a lugares como restaurantes y transporte público de larga distancia se han suspendido, y Andersson dijo que el esquema podría extenderse después de que más personas hayan tenido la oportunidad de recibir una dosis de refuerzo de la vacuna contra el coronavirus. Desde el 1 de diciembre, se exige el certificado para eventos de más de cien personas.
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