Resistiendo la humedad y las elevadas temperaturas, Ascanio Rincón, excava El Breal de Orocual, al oriente de Venezuela, intentando hallar los restos de alguna criatura extinguida. Es biólogo con 4 posdoctorados en paleontología, una carrera que ha desempeñado por tres décadas y que le ha llevado a colectar los fósiles de unas veinte nuevas especies para la ciencia.
Por Adriana Núñez Rabascall / vozdeamerica.com
“Nadie entiende lo que estás haciendo, porque no tenemos cultura de paleontología. La paleontología es realmente la ciencia que estudia la fauna y la flora del pasado”.
Pero en un país con una economía que suma 8 años en recesión, indagar sobre el pasado está lejos de ser prioridad.
“El presupuesto es muy escaso y es mucho más importante el hecho de estudiar células madre o inventar una vacuna que estar consiguiendo fósiles de dinosaurio o de tigres dientes de sable que ayudan a explicar la biodiversidad moderna. Se habla mucho del cambio climático y de cómo conservar las especies, pero si no sabes de dónde vienen, cómo se originaron estos ecosistemas no vas a entender cómo protegerlos”.
Cuando no hay recursos para las expediciones, usa su propio auto o pide aventones para llegar a esos territorios donde espera conseguir respuestas de lo que ocurrió hace millones de años, pero una vez más, la realidad del país le estalla en la cara.
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