Canadá ha convertido en ley la interdicción de las denominadas “terapias de conversión”. El Senado canadiense ha aprobado este martes el proyecto C-4. La iniciativa, apadrinada por David Lametti, ministro de Justicia, prohíbe estas prácticas que prometen imponer la heterosexualidad a personas de la comunidad LGBT. El código criminal contempla de esta forma nuevas sanciones: proporcionar estos “servicios o tratamientos” a menores o mayores de edad -incluso bajo consentimiento- puede acarrear una pena máxima de cinco años de prisión. Promoverlos o publicitarlos puede castigarse con hasta dos años de encarcelamiento. A su vez, es ilícito enviar a un menor al extranjero con dicho fin.
Por: El País
Los senadores dieron su visto bueno por unanimidad y sin recurrir a debate o estudio del proyecto, tal y como ocurrió la semana pasada en la Cámara baja. Ha sido la tercera ocasión en que el Gobierno de Justin Trudeau intenta la adopción de la medida. Distintas maniobras por parte de legisladores conservadores lo habían impedido. Asimismo, la Cámara baja aprobó una versión anterior el pasado junio, pero el Senado no dio el paso antes de que Trudeau hiciera un llamado a elecciones en septiembre. El primer ministro canadiense celebró la tarde de este martes la noticia. “Gracias a todos los que la han hecho posible. Sigamos construyendo un país en el que cada uno sea libre de ser quien es y de amar a quien ama”, escribió en Twitter.
En esta ocasión, los legisladores del Partido Conservador tuvieron una participación activa para que la iniciativa C-4 fuera aprobada con rapidez. El senador tory Leo Housakos propuso su adopción de manera expedita. “Deberíamos tener el reflejo en esta institución de que cuando algo es de interés universal, de interés público, no debemos crear debates o duplicidades innecesarios”, declaró al momento de presentar la moción. Ninguno miembro del Senado se opuso a la solicitud de Housakos. El ministro Lametti agradeció el proceder de los senadores.
El pasado 1 de diciembre, el conservador Rob Moore propuso de igual forma en la Cámara baja la adopción del proyecto de forma rápida. La moción pasó también sin oposición alguna, provocando aplausos y apretones de manos entre diputados de distintas fuerzas; muestras de expresión pocas veces vistas en esta sala legislativa. “Nadie puede consentir la tortura. Es un gran día para los sobrevivientes, saber que nadie más va a pasar por lo que ellos pasaron”, dijo Randy Boissonnault, ministro canadiense de Turismo.