Japón decidió hoy volver a cerrar sus fronteras salvo para el retorno de sus ciudadanos y residentes extranjeros, una medida “urgente” tomada en respuesta a la nueva cepa ómicron de la que por ahora no se han detectado contagios en el país.
Japón opta así por un nuevo blindaje ante la propagación de la nueva variante que ya afecta a Europa y otras regiones del mundo, y solo tres semanas después de que el país asiático comenzara a relajar parcialmente sus restricciones fronterizas que estaban vigentes desde hace meses debido a la pandemia.
“Ante un posible empeoramiento de la situación hemos decidido prohibir las nuevas entradas desde todos los países del mundo como medida preventiva y urgente”, anunció este lunes el primer ministro nipón, Fumio Kishida, en declaraciones a los medios, tras celebrar una reunión de emergencia con su Gabinete.
MEDIDA “PREVENTIVA Y TEMPORAL”
El cierre casi total de fronteras estará en vigor a partir de este martes 30, y constituye “una medida anormal y temporal hasta que se aclare la situación por la nueva cepa”, dijo Kishida, quien señaló la necesidad de “tomar todas las precauciones posibles ante un riesgo desconocido”.
La ómicron, cuyos primeros casos se detectaron hace dos semanas, ha sido considerada como “variante de preocupación” por la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque todavía se desconoce si provoca síntomas más graves de covid-19 o la respuesta de las vacunas existentes ante la nueva cepa.
Japón ya había decidido en los últimos días endurecer las condiciones de entrada desde nueve países en los que se había detectado la nueva variante (Sudáfrica, Botsuana, Suazilandia, Lesoto, Namibia, Zimbabue, Mozambique, Malaui y Zambia).
En el país asiático no se ha identificado por ahora ningún contagio por la nueva variante del SARS-CoV-2, aunque se está analizando un positivo en una persona procedente de Namibia para determinar si podría tratarse de la cepa ómicron, según dijo Kishida.
El cierre fronterizo afectará a las personas que tenían previsto viajar a Japón con visados de estudiante, de negocios o como profesionales en prácticas, permisos de entrada todos ellos que volverán a quedar en suspensión durante un período de al menos un mes, según detallaron funcionarios del Ejecutivo nacional.
Sí podrán regresar al país los ciudadanos japoneses o los residentes extranjeros ya afincados en Japón, aunque deberán observar una cuarentena obligatoria en instalaciones designadas por el Gobierno cuya duración dependerá del nivel de riesgo definido por las autoridades niponas para el país desde el que hayan viajado.
CONTAGIOS POR AHORA BAJO CONTROL
Las nuevas restricciones llegan con los contagios de coronavirus a la baja en Japón desde el pasado septiembre, y con las cifras diarias por debajo de los dos centenares en todo el país en las últimas semanas, mientras que un 76,5 % de la población está plenamente vacunada.
El primer ministro nipón destacó que esta evolución positiva de la pandemia en el país se debe a “uno de los niveles de vacunación más altos en el G7”, al uso generalizado de las mascarillas y “a la conducta de los japoneses”.
La caída de los contagios en el país permitió a las autoridades levantar todas las restricciones domésticas que habían estado vigentes durante la mayor parte de este año debido a la pandemia, y que afectaban sobre todo a negocios como bares y restaurantes.
Japón, que nunca ha confinado de forma obligatoria a su población, aplica desde la primera fase de la pandemia estrictas medidas fronterizas que incluyen la prohibición de la entrada de turistas extranjeros, e incluso ha impedido temporalmente el regreso al país de residentes foráneos que habían viajado al exterior. EFE