Soy una estudiante y como hobby trato de ganar algo de dinero. Trabajo en la moda, hago de modelo, soy decidida, volcánica y optimista. Hago tres mil cosas, pero quisiera hacer siempre más. Me gustaría trabajar en televisión, como presentadora y tertuliana, quizás también actriz». Así se presentaba Camilla Fabri, hablando con fuerte acento romano, en un vídeo grabado cuando tenía 19 años. No podía imaginar entonces la bella y joven Camilla que su aspiración de convertirse también en actriz la llevaría a ser protagonista de una intrigante telenovela como mujer de Alex Saab Morán. Colombiano de origen libanés, hombre de oscuros negocios, conoce de primera mano, como testaferro de Nicolás Maduro, todos los secretos del régimen venezolano. Camilla
Por Ymarú Rojas / Ángel Gómez Fuentes / abc.es
se ha visto también envuelta hasta las cachas en los negocios del marido, nadando en el lujo y en el dinero sucio oculto en paraísos fiscales, en parte blanqueado en Italia. Hoy es un personaje también clave en ese entramado corrupto.
Fabri nació en 1994 en la antigua ciudad de Fidene, un barrio ubicado a ocho kilómetros al norte de Roma. Creció en el barrio Tufello, en la periferia de Roma, y encandiló a 20.000 seguidores con sus fotos en Instagram. En consonancia con su autodefinición de joven «superactiva», soñando siempre con ser el centro de la atención, participó en algún programa de televisión y esporádicamente se vio en la pasarela desfilando como modelo. Entre sus trabajos breves y sin importancia (’lavoretti’, los llamaba ella), fue dependienta en una tienda de ropa en Milán, con trabajo a tiempo parcial (1.840 euros de retribución anual declarada, según ‘Corriere della Sera’).
Antes de conocer a Saab, a Fabri, una mujer de imponente físico, no le faltaron amores. Según la colombiana ‘Revista Semana’, mantuvo una relación con el centrocampista brasileño Felipe Anderson, jugador del Lazio. «A la vida le pediría amor, porque es la cosa más importante de nuestra vida», aseguraba Camilla en su vídeo de presentación.
Pero su vida cambió, para bien y para mal, cuando se cruzó con Saab, casi 23 años mayor que ella, en un restaurante de la Costa Azul francesa. El colombiano, cuenta Gerardo Reyes en el libro ‘Alex Saab: la verdad sobre el empresario que se hizo multimillonario a la sombra de Nicolás Maduro’, quedó «enloquecido» por la italiana. Durante mucho tiempo, la foto de uno de sus azules ojos destacaba como imagen en el perfil de WhatsApp de Saab. El matrimonio del barranquillero con su ahora exesposa, Cinthya Certain Ospina, había comenzado a desmoronarse en 2012, mientras el empresario se hacía cada vez más rico.
Dicen que entre Fabri y Saab surgió un gran amor, a pesar de la diferencia de edad. Ella cambió sus sueños de ser presentadora de televisión y actriz por una vida de lujo, moviéndose entre alfombras, viajes y mansiones. Se casaron poco después, en el 2014. Fruto de su matrimonio nacieron dos hijas, de 4 años y 18 meses de edad.
En Roma vivían en un gran ático en Parioli, el barrio que ha dado origen a la palabra ‘pariolino’, para definir a las personas adineradas y que viven a la moda. El contrato del ático lo firmó Camilla en el año 2016, pagando 5.800 euros al mes. Al año siguiente adquirió un Range Rover Evoque (54.500 euros). La compra más llamativa la realizó el 1 de octubre de 2018: un piso en via dei Condotti 9, el edificio donde tiene su sede la joyería Bulgari, a muy pocos metros de la plaza de España. Pagó casi cinco millones de euros (4.923.850), con dinero procedente del Reino Unido, por mediación de Kinlock Investment, una empresa gestionada por Lorenzo Antonelli, el novio del hermano de Camilla Fabri, con acciones en manos de un fideicomiso inglés y una empresa de Dubai.
Fueron operaciones que inmediatamente suscitaron las sospechas de la Guardia de Finanzas. Esta policía militar, con competencias en materia económica y financiera, puso el caso en manos de la fiscalía de Roma, porque era demasiado el dinero que movía Camilla a sus 24 años, una joven prácticamente sin oficio ni beneficio.
Una trama de corrupción
La investigación de la magistratura descubrió una trama imponente: «Un continuo flujo de dinero sucio que se movía en paraísos fiscales, entre fideicomisos (‘trust’) cuya propiedad era desconocida y empresas blindadas. El capital generado por una red internacional de corrupción y blanqueo de capitales con sede en Venezuela, investigado por la justicia estadounidense, llegaba también a Italia. Al frente de ese tráfico estba Alex Nain Saab Morán, y su hermano Luis Alberto, «blanqueadores de ganancias ilícitas», según la magistratura italiana.
La fiscal Francesca Ciranna llega a esta conclusión: «Alex Saab Morán está involucrado en una vasta red de corrupción internacional encaminada a obtener numerosos y grandes contratos comerciales con el gobierno de Venezuela, entre ellos el relacionado con los subsidios alimentarios, asunto vinculado al presidente Nicolás Maduro». Todo un imperio, «superior a los 350 millones de euros», según la justicia estadounidense, diseminado por todo el mundo, que en parte estaba a punto de ser blanqueado en Italia.
Para ello utilizaron también bancos ‘online’, con el fin de garantizar el anonimato de las cuentas por las que habría transitado el dinero sucio. La Guardia de Finanzas secuestró su tesoro romano: cuentas y bienes por valor de unos 10 millones de euros, incluyendo el piso de vía Condotti y diversos cuadros de pintura moderna. El matrimonio está investigado, entre otros, por corrupción internacional, blanqueo de capitales y malversación de fondos.
Adiós a Roma
Tras la investigación abierta en la capital italiana, Alex Saab y Camilla Fabri pusieron pies en polvorosa y de repente dejaron de ser ‘pariolinos’. Nadie los volvió a ver en Parioli. Camilla dijo adiós a su vida de fábula en Roma. Entonces en Instagram escribió: «Eternamente tuya, eternamente mío, eternamente nuestro». Antes de que Saab fuera detenido en Cabo Verde en junio del año pasado, Fabri y su familia se habían instalado en Moscú. Después, ella ha estado viajando también a Cuba y Venezuela, donde finalmente se ha asentado bajo la protección del gobierno de Maduro.
El pasado domingo, de hecho, Fabri lideró una protesta chavista en Caracas para pedir la liberación de Saab. «No tengo nada que colaborar con Estados Unidos, no he cometido ningún delito ni en Estados Unidos ni en ningún país y no pienso mentir para favorecer a Estados Unidos en contra del que atraviesa un bloqueo inhumano (Venezuela)», dijo este en una carta que leyó, visiblemente emocionada, la modelo italiana, quien denunció también que no pudo visitarlo durante su arresto.
El apoyo del régimen de Maduro a la familia Saab Fabri ha sido cuestionado por los medios de comunicación, que aseguran que Fabri es la nueva «rehén» del chavismo, usada para presionar al empresario y para que no colabore con la justicia de Estados Unidos. La ‘Revista Semana’ aseguró que el régimen de Maduro «la tiene en sus manos» para chantajear al empresario capturado. Sin embargo, Fabri aprovechó la semana pasada su estreno en Twitter, donde se autodefine como «defensora de la verdad de Venezuela», para desmentir al medio colombiano.
Tampoco pierde la oportunidad para agradecer el apoyo que estaría recibiendo del Gobierno de Maduro. «Los derechos de mis hijas fueron vulnerados al no permitirles ver y compartir con su padre, diplomático venezolano secuestrado por los EE.UU. Recibo con gratitud este acompañamiento del gobierno venezolano. Sigamos en la defensa por nuestros derechos, los de todos #FreeAlexSaab», escribió como prólogo a una carta de apoyo del Instituto Autonómo Consejo Nacional de Derechos del Niño, Niña y Adolescentes (Idenna).
Mientras sigue alimentando su perfil en Twitter, Camilla ha colocado en su perfil de Instagram, reducido ya a la mínima expresión, una foto abrazada al marido con esta frase: «Solo Dios sabe cuánto te echo de menos». Es el capítulo final, por ahora, de una telenovela tenebrosa.