El excomandante de la Unidad de Investigación Sensible de la policía federal mexicana y uno de los principales hombres de contacto de la DEA en México, Iván Reyes Arzate, se declaró culpable de conspirar para traficar cocaína, anunció este martes el tribunal de Brooklyn que lo juzga.
Reyes Arzate recibió al menos 290.000 dólares, según las autoridades judiciales estadounidenses, a cambio informar sobre el estado de las investigaciones conjuntas estadounidense-mexicanas al grupo narcotraficante El Seguimiento 39, asociado con el cartel de Sinaloa, el del todopoderoso Beltrán Leyva y otras bandas de traficantes en México, para encaminar cocaína a Estados Unidos.
“Reyes Arzate cerró los ojos con los traficantes de droga, haciendo que pudieran operar con impunidad, cuando era jefe de la policía federal de México”, dijo en el juicio el agente de la agencia antidrogas estadounidense (DEA) Ray Donovan, según un comunicado del tribunal.
“Al aceptar miles de dólares de sobornos a cambio de información sobre las investigaciones al cartel El Seguimiento 39, Arzate forjó una alianza lamentable con los traficantes de droga, y traicionó no solo al pueblo de México, al que juró proteger, sino que puso en peligro a sus colegas”, dijo por su parte el fiscal Breon Peace.
El expolicía estuvo asignado desde 2003 a 2016 a la Unidad de Investigación Sensible (UIS). En 2008 fue nombrado jefe de la unidad y principal contacto para compartir información con el personal de Estados Unidos y otros colegas de la agrupación.
Hacia noviembre de 2016, cuando participaba en una investigación conjunta del cartel con la policía estadounidense, Reyes Arzate se reunió con los capos de El Seguimiento 39 para transmitirles información sobre los pormenores de la investigación que se llevaba a cabo, a cambio de 290.000 dólares, según el tribunal.
Reyes Arzate se expone a un mínimo de cinco años de cárcel y a un máximo de 40.
La UIS está integrada por policías mexicanos que luchan contra el narcotráfico, el lavado de dinero y otros delitos en cooperación con agentes de la DEA estadounidense. Sus integrantes reciben entrenamiento en la sede de la agencia en Estados Unidos y tienen información sobre las investigaciones en marcha del país vecino.
Reyes Arzate se entregó en 2018 en Chicago tras ser acusado de filtrar información sensible a carteles de la droga mexicanos.
Fue condenado ese año en Chicago a 40 meses de cárcel. Según la Oficina de Prisiones de Estados Unidos, debía ser liberado el 27 de enero para ser deportado a México, pero un gran jurado de Nueva York decidió en enero de 2020 acusarlo de conspiración para traficar drogas hacia Estados Unidos.
El caso recayó en el juez Brian Cogan, quien presidió el juicio contra el exjefe del cartel de Sinaloa Joaquín “Chapo” Guzmán, y lleva adelante el caso por narcotráfico contra el exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna.
AFP