Rafal Ramírez, ex ministro de Petróleo y ex presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), aseguró que Nicolás Maduro está “aterrorizado” luego de la extradición a Estados Unidos de Alex Saab, empresario colombiano acusado de ser testaferro del dictador, y explicó que por ello el régimen mantiene una defensa tan cerrada para intentar su liberación, así lo reseñó INFOBAE.
“Es evidente que Nicolás Maduro está aterrorizado por la manera cómo este caso se desarrolla y lo que el empresario declare ante la justicia. Todo el gobierno y el madurismo como grupo político, se ha lanzado a su defensa de forma automática e incondicional”, indicó Ramírez en una columna publicada en su web.
El ex hombre fuerte de PDVSA aseguró que Caracas ha dispuesto de los recursos de esta empresa para financiar el elevado costo de su defensa, que fue asumida en 2020 por el despacho del ex juez español Baltasar Garzón. “Igual sucedió con ocasión de la defensa de los sobrinos Flores en Nueva York, donde la representación legal fue pagada por otro empresario petrolero, a cambio de un cuantioso contrato con PDVSA. Éste ha sido el accionar de Delcy Rodríguez desde la Directiva de la empresa”, denunció Ramírez.
“¿Por qué el gobierno rompe lanzas, se desgarra las vestiduras y utiliza los escasos recursos del país para defender a un operador privado, empresario o como quieran llamarlo, que se ha dedicado a hacer negocios y enriquecerse a la sombra del Estado?”, se preguntó.
En respuesta, el ex ministro describió a Saab como “hombre de confianza” de Maduro, por lo que conocería con lujo de detalles todo tipo de presuntas gestiones ilícitas. “Es su operador económico desde la época de la Cancillería; y, luego, ya en la presidencia, ha sido una de las personas que ha concentrado mayor cantidad de negocios con el Estado, contratos y adquisiciones. Ha actuado como gestor del madurismo”, repasó.
Saab estáa acusado en Estados Unidos de dirigir una red que explotaba la ayuda alimentaria destinada a Venezuela y de sacar 350 millones de dólares del país para depositarlos en cuentas que controlaban en Estados Unidos y otros estados. El empresario, que también tiene nacionalidad y pasaporte de Venezuela, fue acusado de lavado de dinero en julio de 2019 y fue arrestado en junio de 2020 cuando el avión en que se trasladaba hizo una escala en Cabo Verde.
Cuando quedó detenido, desde el Palacio de Miraflores multiplicó los esfuerzos por protegerlo. Así lo recordó Ramírez: “El gobierno, en su desespero, ha hecho literalmetne de todo: le dio la nacionalidad venezolana, un estatus diplomático –diplomático express–, lo nombró representante ante un organismo Africano; y, lo último, pretendía incorporarlo en la “Mesa de Diálogo” en México”.
Por último, Ramírez consideró que el régimen “luce débil, muy débil, perdido en la situación política”, y resaltó lo paradójico de que un gobierno acusado contundemente de violar los derechos humanos sea ahora quien denuncie una presunta falta de garantías en el caso.