En septiembre se contabilizaron 172 conflictos laborales, el mayor número alcanzado en un mes en lo que va de 2021, de acuerdo con el más reciente reporte del Observatorio de Conflictividad Laboral y Gestión Sindical. Esto representa un aumento de 30,3% (40 más) en comparación con los casos identificados en agosto.
Del total de quejas registradas en el noveno mes del año, 155 (90,53%) se contabilizaron en el sector público y 17 (9,47%) en el privado.
Bolívar concentró la mayor cantidad de reclamos con 20,93%, seguido de Distrito Capital (11,05%) y Anzoátegui (8,72%). Estos tres estados, más Lara, lideraron las diversas formas de protestas en el tercer trimestre de 2021, según el Observatorio de Conflictividad Laboral del Instituto de Altos Estudios Sindicales (Inaesin).
La presencia de los sindicatos en los conflictos fue de un 53%. Cerca de 50% de los conflictos fueron concentraciones, pese a las restricciones de movilidad impuestas a causa de la cuarentena por Covid-19
Los trabajadores de la salud y del sistema educativo abarcaron más de 55% de los conflictos en septiembre, mes en el que se observó el inicio de la tercera ola de la COVID-19, llevando a más personas a requerir los servicios de los deteriorados centros sanitarios públicos.
Este sector demanda principalmente equipos de bioseguridad, así como vacunas para el personal, sobre todo para quienes laboran directamente en áreas para Covid-19. Muchos han advertido que, de no ser atendidas sus solicitudes, abandonarán las zonas destinadas a pacientes con coronavirus, debido a que se exponen a un contagio inminente.
Quienes atienden pacientes con Covid-19 lo hacen con los implementos suministrados por familiares de los enfermos, por mencionar solo una de las varias carencias que tienen los centros de salud, además de la falta de agua y del suministro eléctrico.
Para los educadores la situación no es menos difícil. No hay condiciones mínimas de trabajo en más del 90% de las instituciones educativas y, de ellas, más de 60% han estado sin mantenimiento desde que la pandemia obligó al cierre de las actividades en marzo de 2020. Paredes, techos y pisos se encuentren en mal estado.
Pero, además, cables, equipos tecnológicos, insumos para la enseñanza y mobiliario fueron hurtados en buena parte de las escuelas durante el cierre prolongado de las instalaciones por la pandemia. Amén de la recurrente falla en el suministro de agua y de electricidad que dificultan la asistencia a clases, como lo ha pedido el gobierno a partir del 25 de octubre.
Son precisamente las pésimas condiciones de trabajo las que estuvieron presentes en 69% de las quejas laborales en septiembre, mientras que 81% de los conflictos guardó relación con mejoras salariales, identificó el Observatorio de Conflictividad Laboral y Gestión Sindical, en su más reciente reporte.
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