A los migrantes les quemaron las carpas en las que pernoctaban en varios lugares públicos de la ciudad de Iquique
La vicepresidente de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, rechazó este domingo la violencia que sacudió decenas de migrantes venezolanos en la ciudad de Iquique, al norte de Chile, donde cientos de manifestantes xenófobos asediaron y quemaron las pertenencias de un grupo de extranjeros que el viernes fueron desalojados de una plaza pública.
«Venezuela repudia la xenofobia y agresiones contra migrantes venezolanos y exige a las autoridades nacionales y locales de Chile respeto a la integridad física y psicológica de nuestros connacionales», dijo en Twitter Rodríguez.
La violencia contra los venezolanos ocurrió justo después de una multitudinaria marcha en Iquique, en el norte de Chile, a la que asistieron unas 5.000 personas según estimaciones de EFE. Los manifestantes quemaron las carpas y bienes de quienes usaban varios lugares públicos para pernoctar.
La vicepresidenta de Maduro también informó que el gobernante ordenó la activación del plan Vuelta a la Patria, que busca retornar a los migrantes venezolanos que desean regresar al país.
Otras reacciones
El sábado, el relator especial sobre los derechos humanos de los migrantes de la ONU, Felipe González, repudió la quema. «Inadmisible humillación contra migrantes especialmente vulnerables, afectándolos en lo más personal», señaló en Twitter.
«El discurso xenófobo, asimilando migración a delincuencia, que por desgracia se ha ido volviendo cada vez más frecuente en Chile, alimenta esta clase de barbarismo», continuó.
En declaraciones a Efe, el director de Incidencia y Estudios del Servicio Jesuita Migrante (SJM), Carlos Figueroa, condenó también la violencia de esta marcha, «acontecida como respuesta a un problema humanitario y sanitario».
«Llamamos a respetar la integridad y dignidad de todas las personas y, sobre todo, llamamos a respetar y velar por los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes», agregó.
De acuerdo con la agencia español, alrededor de 3.500 migrantes están varados en las calles de Iquique, tras haber ingresado a Chile por pasos no habilitados en la frontera y cruzar la ruta hacia la costa.
La mayoría llega desde Venezuela buscando una oportunidad en Chile, pero entre las restricciones sanitarias, la política migratoria y la escasez de recursos económicos quedan atrapados sin poder continuar el viaje, durmiendo en albergues o en campamentos improvisados.
Según la Policía de Investigaciones (PDI) de Chile, entre enero y julio de este año se registraron 23.673 denuncias por ingreso a ese país por pasos no habilitados, lo que supone un 40 % que en todo 2020.
Con datos de EFE.