Años de decadencia y desinversión en el sistema eléctrico siguen pasando factura tanto en el servicio, sometido constantemente a apagones y bajones, como en los ingresos de sus empleados activos y jubilados, buena parte de ellos con décadas en el sector desde antes de que fuera centralizado en la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), así lo reseñó CRÓNICA UNO.
Al igual que quienes laboran en la administración pública (ministerios, alcaldías y gobernaciones), pasando por el sector petrolero y otros entes, organismos y empresas del Estado, los trabajadores eléctricos enfrentan las vicisitudes de irrespeto a las convenciones colectivas que quedaron sin efecto en 2018, por orden del Ejecutivo.
La Federación de Trabajadores de la Industria Eléctrica de Venezuela (Fetraelec) denuncia que han pasado más de seis años desde la última vez que el régimen de Nicolás Maduro revisó las convenciones.
Ángel Navas, presidente de Fetraelec, destacó que ante la oleada de renuncias y quejas de los trabajadores, la gerencia de Corpoelec “ha intentado solventar la situación por la vía de las bonificaciones” que son depositadas por el sistema Patria, aunque denuncia que las mismas están siendo mal aplicadas y sin criterio, lo que crea divisiones en el sector.
Esta situación ha llevado a que casi la mitad de la nómina se haya ido de la empresa buscando otras formas de subsistir, porque los salarios de un promedio de siete dólares que cobra la mayoría de los trabajadores y otras bonificaciones, que no impactan en vacaciones, utilidades ni prestaciones sociales, no alcanzan para nada. Prácticamente, llevaron a puyas esos beneficios que son columna vertebral del esfuerzo de los trabajadores”, dijo Navas.
El monto general que devengan los trabajadores eléctricos alcanza, si acaso, para cubrir un día de la canasta alimentaria, que en julio tuvo un costo de más de 809 millones de bolívares o $226 al tipo de cambio oficial promedio de ese mes (Bs. 3.569.451,46), según el Centro de Documentación y Análisis de los Trabajadores (Cenda). Ese mes, el Cenda proyectó que diariamente un trabajador necesitó al menos Bs. 26,98 millones (más de $7 diarios) para alimentar a su familia.
Lee la nota completa en CRÓNICA UNO