Los militares golpistas guineanos, que el domingo derrocaron al presidente Alpha Condé, liberaron el martes a una veintena de opositores políticos, una decisión muy esperada por sus partidarios.
Un primer grupo de varias decenas de opositores al depuesto presidente guineano, recluidos en la cárcel civil de Conakry, comenzó a ser liberado el martes por la noche, según presenciaron periodistas de la AFP.
Un periodista vio salir de la prisión a una veintena de ellos, entre los que se encontraban Abdoulaye Bah y Etienne Soropogui, detenidos en 2020 tras la impugnación de la reelección de Condé para un tercer mandato, o el vicealcalde de Matam, uno de los municipios de Conakry, Ismael Condé.
Liderados por el comandante Mamady Dumbuya, los golpistas capturaron el domingo al presidente Condé, disolvieron las instituciones y anunciaron la liberación de “presos políticos”.
Este martes también insistieron en sus comunicados por televisión o en redes sociales sobre una próxima “consulta” a nivel nacional para definir las modalidades de la transición política en este país del África occidental, uno de los más pobres del mundo a pesar de ser un importante productor de minerales, bauxita en particular.
La transición será liderada por un futuro gobierno de “unidad nacional”, tuiteó este martes el líder del “Comité nacional de unidad y desarrollo” (CNRD), el teniente coronel Dumbuya.
El militar además instruyó al “ministerio de Justicia hoy (lunes) para que contacte con la Fiscalía general, administración penitenciaria y abogados para analizar en profundidad los expedientes de los detenidos políticos para su liberación lo antes posible”, de acuerdo a un comunicado televisado el lunes de noche.
El Frente nacional de defensa de la Constitución (FNDC), integrado por movimientos políticos y sociedad civil, que lideró la protesta contra el polémico tercer mandato de Condé, ya había instado a los habitantes de Conakry a acoger a sus miembros que supuestamente serían liberados a partir del lunes al mediodía.
– “¡Libertad, libertad!” –
Los militares impusieron un toque de queda y cerraron las fronteras, que reabrieron el lunes.
El epílogo aparente de más de una década del régimen de Alpha Condé ha provocado una amplia condena internacional, de la Unión Africana (UA), que pidió el lunes de noche su “liberación inmediata” y “regresar al orden constitucional”, y de la Comunidad económica de Estados de África occidental (CEDEAO).
Pero el golpe de Estado, tras meses de crisis político-socio-económica, agravada por la pandemia del coronavirus, desató explosiones de alegría en Conakry, con muchos habitantes coreando “¡Libertad, libertad!”, y vitoreando a los militares.
Una coalición opositora liderada por el principal rival de Condé, el exprimer ministro Cellou Dalein Diallo, Alianza nacional para la alternancia y la democracia (ANAD), expresó su apoyo a los militares “en su afán por instaurar una democracia pacífica” en Guinea. Exhortó al CNRD a crear instituciones legítimas capaces de dirigir al país, lograr la reconciliación nacional e imponer el Estado de derecho.
Asimismo, el partido de Diallo, Unión de fuerzas democráticas de Guinea (UFDG), reabrió el lunes su sede en Conakry, clausurada al día siguiente de la reelección de Diallo, en octubre de 2020, que rechazó de forma vehemente.
Las fuerzas especiales guineanas afirman haber detenido a Condé, suprimido la Constitución en vigor y disuelto las instituciones gubernamentales, para poner fin al “desbarajuste” del gobierno y la corrupción.
Hasta ahora no se ha comunicado oficialmente ninguna muerte tras el golpe del domingo.
Las autoridades provisorias intentan tranquilizar a sus socios y a los inversores internacionales, así como a la población guineana.
AFP