La justicia de Perú revisa este martes los cargos contra la excandidata presidencial Keiko Fujimori, antesala de uno de los primeros juicios contra una prominente figura política del país por el escándalo de la constructora brasileña Odebrecht.
La primogénita del encarcelado exmandatario Alberto Fujimori, para quien la fiscalía pidió 30 años y 10 meses de prisión por presunto lavado de dinero y otros delitos, volvió al primer plano judicial tres meses después del balotaje en el que perdió por poco una presidencia que le habría dado inmunidad para posponer el proceso por los cinco años de mandato.
El juez Víctor Zúñiga abrió hacia las 10h00 locales (15h00 GMT) la audiencia de “control de la acusación”, antesala del juicio penal contra Keiko Fujimori y 39 coacusados, incluido su marido, el estadounidense Mark Vito Villanella. Ella niega los cargos.
Tras abrir la audiencia virtual, transmitida por el canal de televisión por cable del Poder Judicial, el magistrado comenzó a revisar del adecuado cumplimiento de la notificación a cada uno de los 40 acusados.
“Preparándonos para el proceso [electoral] regional/municipal 2022”, tuiteó Fujimori el lunes en la noche, sin mencionar la audiencia, a la que no asiste pues la ley no la obliga a comparecer en esta fase del proceso. Es representada por la abogada Giulliana Loza.
En esta fase preliminar, que puede durar días, semanas o meses, el magistrado evalúa la imputación de la fiscalía y debe decidir si acepta todo o parte del legajo acusatorio preparado por el fiscal José Domingo Pérez.
– Segunda bancada –
Zúñiga es el mismo juez que envió a Fujimori en enero de 2020 a prisión preventiva, de donde fue liberada tres meses más tarde debido a la pandemia. Sin embargo, en junio pasado desestimó mandarla nuevamente a la cárcel tras un nuevo pedido del fiscal.
Desde mayo de 2020 Fujimori está en libertad condicional e impedida de salir de Lima sin permiso judicial. Tampoco puede reunirse o hablar con testigos de la causa.
La fiscalía acusa a Fujimori, de 46 años y madre de dos hijas adolescentes, de lavado de activos, crimen organizado, obstrucción a la justicia y declaración falsa en un procedimiento administrativo.
Los otros coacusados son antiguos asistentes e integrantes de la cúpula de su partido Fuerza Popular (derecha populista).
Pérez había pedido el año pasado que Fuerza Popular fuese proscrito como partido, alegando que era una “organización criminal”. Pero la justicia lo rechazó el 28 diciembre de 2020, lo que le permitió competir en las elecciones de abril y ganar 24 de un total de 130 escaños en el Congreso.
El fujimorismo es ahora la segunda fuerza del fragmentado Congreso, detrás del partido gobernante de izquierda Perú Libre (37). Pero hasta 2019 su bancada manejaba el parlamento, pues había ganado 73 bancas en 2016.
– Colaboración de Odebrecht –
Fujimori ha estado dos veces en prisión preventiva, 16 meses en total, acusada de recibir aportes ilegales y blanquearlos con ayuda de los coacusados en las campañas de 2011 y 2016.
Exjefes de Odebrecht confesaron a fiscales peruanos en Brasil haber repartido ilegalmente millones de dólares entre políticos peruanos. Eso la incluye a ella y a cuatro expresidentes, entre los que figura Alan García (1985-1990 y 2006 y 2011), quien se suicidó antes de ser detenido en abril de 2019.
Fujimori perdió la presidencia -por tercera vez- en el balotaje del 6 de junio ante el maestro rural de izquierda Pedro Castillo, quien le arrebató los baluartes electorales tradicionales de la empobrecida sierra andina.
El declive de su otrora fuerte y monolítico partido Fuerza Popular comenzó en 2019, por sus choques contra el popular presidente Martín Vizcarra y los líos judiciales de su jefa.
Avanzar al balotaje la revitalizó, al sumar el apoyo de prominentes derechistas con pasado antifujimorista, como el premio Nobel Mario Vargas Llosa, y de miles de peruanos temerosos de la izquierda. En segunda vuelta obtuvo un 49,87% de los votos.
En la primera ronda de los comicios, en abril, Fujimori llegó segunda con 13,4% de votos detrás de Castillo, entre 18 candidatos. Su votación estuvo por debajo de las obtenidas en primera vuelta de las presidenciales de 2011 (20,65%) y 2016 (39,86%).
AFP.