El sábado pasado, Salem Wahdat, un asesor de Seguridad del Gobierno afgano, fue a trabajar al palacio presidencial en Kabul y al entrar se encontró todo vacío. Su reacción fue rápida. Se dirigió a una agencia de viajes y compró un billete por el triple del valor. Por la noche se subió al último avión comercial rumbo a Estambul.
Por Actualidad RT
El domingo, los talibanes tomaban el control de Kabul, pocas horas después de que el presidente Ashraf Ghani abandonase el país. Y entonces el mundo observó cómo varios combatientes se mostraban victoriosos dentro del palacio presidencial. “Nuestro país ha sido liberado”, afirmaba un talibán al canal Al Jazeera.
Salem entró en Turquía con su pasaporte diplomático. Desde allí ha visto las espantosas imágenes de los afganos desesperados en el aeropuerto intentando huir.
“Las personas cayendo del cielo desde un avión. ¿Qué demuestra? Los talibanes no son bien recibidos. La gente tiene miedo”, lamenta en una entrevista vía telefónica.
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