Tokio amaneció este domingo lluviosa, despidiéndose de unos Juegos Olímpicos que tardaron más de un año de lo previsto en llegar, pero que vieron finalmente brillar a los atletas del mundo y con ellos y la capital como protagonista se dijo hasta pronto.
El tifón amainó al caer la tarde y la llama olímpica flameaba en el Estadio Olímpico rodeada de gradas vacías y luces azul índigo para pasar el testigo a París.
Pronto el campo se llenó de vida, luz, ritmo, deportividad y una hospitalidad japonesa que inscribió «Arigato» en mayúsculas.
La bandera de Japón abrió la ceremonia, seguidos de todos los abanderados de cada país. Tres comités destacaron con un guiño al karate, un deporte que ha triunfado en estos juegos y que no continuará en París.
4.600 atletas los que distendidos celebraron cerrar estos Juegos, tras la presión y contención donde un positivo significaba quedar descalificado.Tokio se despide de estos atletas consciente de que no les ha permitido conocer su ciudad, puesto que no podían salir de la Villa Olímpica y debían marcharse días después de competir.
Por ello les regala una última noche tokiota con lo mejor de su ambiente y sus gentes, jóvenes que cualquiera podría encontrarse en las calles o parques de esta megalopolis que paciente ha visto cómo acontecía el evento sin poder participar de él en vivo.
«Agradecemos de corazón», dice la presidenta del Comité Olímpico Japonés, Seiko Hashimoto, que destaca la resiliencia de los atletas para unir al mundo y el trabajo de todos los voluntarios. «La esperanza aquí prendida continúa» dice emocionada al cerrar el evento en Tokio.
«Primera vez que el mundo se reúne durante la pandemia», finaliza Thomas Bach, el Presidente del COI que no olvida agradecer a los japoneses por el esfuerzo.
Aplauso a los voluntarios
El aplauso más sentido de los atletas va a los únicos espectadores invisibles de estos Juegos, los miles de voluntarios que en homenaje reciben ramos de la victoria mientras sus rostros ocupan cientos de pantallas que rodean el estadio.
Hoy muchos de estos voluntarios, la única presencia en el estadio junto a los periodistas y los comités, afirman sentir «pena porque se acabaron dos semanas intensas de deportividad mundial» y «alivio porque ha salido todo bien».
Con todo bien se refieren al 0,02 % de contagios de la Covid-19 dentro de la burbuja de los Juegos, con 624.000 pruebas PCR desde el primero de julio y 409 positivos.
Otro voluntario afirma tajante que Tokio 2020 no ha terminado todavía, que «quedan los Paralímpicos», más deporte que ofrecerá la capital nipona en tan solo unas semanas.