El primer ministro israelí declaró el domingo que el Líbano es responsable de los ataques con cohetes lanzados de su territorio, independientemente de si Hezbollah los lanzó o no.
Por Infobae
Los comentarios del primer ministro Naftali Bennett surgen pocos días después de uno de los peores brotes de violencia en la frontera entre los dos países en varios años. “El país del Líbano y el ejército del Líbano tienen que asumir responsabilidad por lo que ocurra en su territorio”, expresó Bennett en reunión del gabinete.
Durante varios días la semana pasada, el grupo terrorista lanzó una andanada de cohetes contra Israel, provocando ataques aéreos del Estado judío. El viernes, los rebeldes lanzaron más cohetes, e Israel respondió con fuego de artillería.
“No importa para nosotros si es una organización palestina, si es grupo rebelde independiente, lo cierto es que el Estado de Israel no aceptará disparos hacia su territorio”, expresó Bennett.
Además, el premier apuntó que “hay un despertar muy importante de muchos ciudadanos (libaneses) contra Hezbollah y el involucramiento iraní en el país. Incluso durante la severa crisis económica y política en el Líbano, Irán y Hezbollah están enredando a los ciudadanos del Líbano en un frente contra Israel”.
Advertencia de Hezbollah
El día anterior, el líder del Hezbollah, jeque Hasán Nasrallah, advirtió que su grupo tomará represalias por cualquier ataque aéreo futuro de Israel contra Líbano, y que sería un error asumir que la organización se limitaría por las divisiones internas en Líbano o la crisis económica del país.
“No juzguen mal diciendo que Hezbollah está ocupado con los problemas de Líbano”, dijo Nasrala y añadió que el bombardeo fue un “mensaje claro”.
Hezbolá respondió el viernes con el lanzamiento de más de diez cohetes hacia el Estado hebreo, que replicó con disparos de artillería. “Nuestra respuesta estaba ligada a los ataques israelíes en el sur de Líbano, una novedad en 15 años”, dijo Nasrallah durante un discurso televisivo para conmemorar el aniversario de la mortífera guerra de 33 días que enfrentó este influyente movimiento chiita con Israel en 2006.
En 2014, los ataques israelíes habían impactado en una zona cercana a la frontera con Siria. “Queremos decir al enemigo que cualquier ataque de la aviación israelí sobre Líbano será inevitablemente seguido de una respuesta, pero de una manera apropiada y proporcionada puesto que deseamos proteger el país”, declaró Nasrallah.
En las últimas semanas, detractores del Hezbollah le acusaron de estar implicado en el almacenamiento en el puerto de Beirut del nitrato de amonio que causó la explosión, y que iba a ser transportado a Siria para fabricar bombas para el régimen de Damasco durante la guerra civil. En un discurso televisado, Nasrallah desmintió estas acusaciones y las tildó de “fabricadas” y “ridículas”. Estas acusaciones son un “ataque político pagado por Estados Unidos y Arabia Saudita al servicio de Israel”, fustigó.
Líbano pasa por su peor crisis económica y financiera en su historia moderna, que el Banco Mundial describe como una de las peores en el mundo desde mediados del siglo XIX.
Tras rechazar de plano una investigación internacional, las autoridades libanesas despojaron de sus funciones al primer juez encargado del caso, Fadi Sawan, tras la inculpación de algunas autoridades.
Su reemplazante, Tarek Bitar, también se enfrenta al rechazo del Parlamento de retirar la inmunidad a algunos de sus miembros sospechosos de estar implicados.
Con información de AP y AFP