El Gobierno del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, generó este miércoles una intensa polémica en las redes sociales al publicar un homenaje a los agricultores en el que los hombres del campo son representados por una persona armada con un rifle.
La fotografía fue publicada por la Secretaría de Comunicación de la Presidencia en las redes sociales como homenaje al Día del Agricultor junto a un mensaje en el que, en una crítica velada a las medidas de aislamiento social impuestas por los Gobiernos regionales para frenar el avance de la covid, destaca que los agricultores no pararon de trabajar durante la pandemia.
Bolsonaro, líder de la negacionista ultraderecha brasileña, no solo es un crítico de los confinamientos y la suspensión de actividades como medidas para frenar el avance de la covid sino también un defensor de un mayor acceso de los brasileños a las armas, especialmente en las zonas rurales.
En la publicación el Gobierno destacó que las invasiones de tierras en Brasil se limitaron a solo 12 en los dos últimos años, tras haber sido una grave amenaza rural hace algunos años, gracias a la medida de Bolsonaro que permite a los propietarios rurales andar armados en toda su propiedad.
El polémico homenaje, sin embargo, generó una dura reacción en las redes sociales, especialmente después de que se divulgara que la fotografía es de un cazador, y multiplicó la publicación de bulos, como uno en la que los médicos también aparecen armados.
Las críticas, en su mayoría, alegan que la imagen del hombre de campo armado no solo es inapropiada sino también anticuada debido a que en Brasil, uno de los mayores productores y exportadores mundiales de alimentos, la agricultura se convirtió en una actividad profesional y moderna.
POLÍTICA ARMAMENTISTA
Las reacciones en las redes sociales también hacen referencia a los diferentes decretos y medidas que el Gobierno de Bolsonaro ha impuesto para dejar sin eficacia el Estatuto del Desarme y facilitar tanto la pose como el porte de armas entre los civiles.
Según las organizaciones de defensa de los derechos humanos, en dos años y medio de Gobierno, Bolsonaro ha impulsado 33 medidas para facilitar el acceso a las armas, la última de las cuales el pasado lunes en la que eliminó un impuesto del 150 % que existía sobre la exportación de armas a los otros países suramericanos, muchas de las cuales regresan al país como contrabando.
Entre los líderes políticos que criticaron el “homenaje” del Gobierno a los agricultores destacó el dirigente laborista y exministro Ciro Gomes, tercer candidato más votado en las últimas elecciones presidenciales, quien se refirió a la publicación “como una simbología del odio y la muerte en todos los espacios”.
El diputado izquierdista Iván Valente afirmó que el homenaje parece dirigido a la “milicia rural”, en una referencia a los supuestos vínculos que Bolsonaro tiene con las “milicias”, los grupos paramilitares que dominan las favelas de Río de Janeiro.
“Cambiar el azadón por un arma es la cara de un Gobierno que nada produce”, dijo el legislador del Partido Socialismo y Libertad (Psol).
En la misma tónica, el líder del Movimiento de los Sin Tierra (MST), Joao Pedro Stédile, afirmó que el Gobierno homenajeó a los “jagunços”, como son conocidos en Brasil los pistoleros que sirven de asesinos a sueldo de los latifundistas.
La flexibilización del porte y la pose de armas es una de las promesas de campaña del mandatario brasileño, un nostálgico de las dictaduras militares que imperaron en Latinoamérica durante el siglo pasado y que tiene como modelo armamentístico Estados Unidos.
El número de armas de fuego nuevas registradas en Brasil prácticamente se duplicó en 2020, al pasar de 94.416 en 2019 a 186.071 en 2020, según datos del Fórum Brasileño de Seguridad Pública, un aumento del 97,1 % en un año.
En total, el año pasado había más de dos millones de armas de fuego particulares activas en Brasil, incluyendo las categorías de cazadores, coleccionistas, tiradores deportivos, y las particulares de policías y demás profesionales de seguridad pública y militares del Ejército.
EFE.