Foto de archivo ilustrativa de una enfermera con un vial de la vacuna Abdala en La Habana.
Jun 23, 2021. REUTERS/Alexandre Meneghini
La comunidad científica y demás expertos desconfían de la candidata a vacuna cubana Abdala, que empezó a administrarse desde el 26 de junio en Venezuela, pues aún no se conoce de la autorización del Centro para el Control Estatal de Medicamentos de Cuba (Cecmed), ni la aprobación del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel en Caracas.
Los expertos entienden la urgencia por vacunas en el país y no se niegan a un amplio abanico, pero cumpliendo todo el protocolo de garantía y seguridad de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ante la llegada de la Abdala, especialistas temen los riesgos que se puedan tener desde reacciones o simplemente que no sea la respuesta adecuada ante el covid19, propiciar la falsa sensación de seguridad y hasta el posible beneficio al mercado cubano por el acuerdo de 12 millones de dosis.
La única opción que consideran viable sería el ensayo clínico, con pleno consentimiento del voluntario.
“Seríamos el único país, aparte de Cuba que lo asume como ensayo“, denuncia Huniades Urbina, secretario general de la Academia Nacional de Medicina, al precisar la desconfianza frente al prototipo Abdala, cuando confirma que la OMS ni siquiera la considera como emergencia.
“No hay otros países que actúen de esta manera“, rezonga y lamenta la decisión del régimen de Nicolás Maduro pues la señala como una violación desde la bioética que puede tener graves repercusiones para la salud, tratándose de un virus tan agresivo que a más contagios termina sustentándose entre más variantes.
Un médico sostiene una dosis cubana de Abdala. | EFE/Archivo
Urbina recuerda que desde la academia lo habían advertido, que “ciertamente podría tratarse de maniobras dilatorias para beneficiar al mercado cubano, pero ¿por qué no se termina de pagar al sistema Covax?“.
Una pregunta que deja abierta ante una negociación de la cual el régimen no suministra detalles y sólo se limita al anuncio de la firma del acuerdo en el marco del bicentenario de la Batalla de Carabobo, con el recibimiento de un primer lote, pero sólo a sabiendas de las 30 mil dosis aplicadas a los habitantes del Complejo Urbanístico Ciudad Tiuna de Caracas.
Una cuenta rápida para el desarrollo de este biológico cubano, que el pasado 21 de junio de 2021 arroja el 92,28 % de efectividad después de tres dosis.
Una tercera fase con 48.000 voluntarios que concluirá el 31 de julio y los resultados se publicarán el 16 de agosto.
Pero la adquisición de Venezuela se dio a menos de una semana, por lo que los expertos aún esperan por la autorización del Cecmed de Cuba, y la aprobación del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel en Caracas. Todo tan exprés, que el 24 de junio se conoció el acuerdo y a los dos días siguientes ya se administraban las primeras dosis en el complejo habitacional de Fuerte Tiuna.
El estruendo de las alarmas también elevó el pronunciamiento de la Asociación de Investigadores del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).
“No se trata de una negativa a la adquisición de vacunas, pero no se conoce con certeza la aprobación de las fases experimentales. Uno lo que quiere esperar es que funcione, pero sigue siendo candidato a vacuna“, señaló Flor Pujol, directora del Laboratorio de Virología Molecular de dicha institución, ante los riesgos que se puedan correr por la falsa sensación de seguridad y que debería considerarse un ensayo clínico con aprobación de participantes.
Recuerda que para que un candidato vacunal sea vacuna, debe cumplir las fases clínicas y ninguna se encuentra en formato de prepublicación. No hay registros en revistas científicas y así llega al país, antes de la aprobación del tercer ensayo por la agencia reguladora Cecmed. Un criterio de peso para la desconfianza de expertos.
Con información de LA PRENSA DE LARA