Vicente Brito – red por la defensa al trabajo, la propiedad y la constitución
Los incrementos de los precios de los alimentos que conforman la canasta alimentaria así como de los diversos productos y servicios que integran la cesta básica, nos demuestra cómo el consumo disminuye en la medida que el valor de adquisición ha venido aumentando de manera permanente sobretodo en los últimos 5 años.
El incremento de su valor están relacionados al proceso inflacionario en que nos encontramos. Observándose como los números y gráficos reflejan una evidente paridad permanente entre inflación y aumento de precios. Los precios de los alimentos y productos esenciales importados están sujetos al valor del dólar, así como a las fluctuaciones de su precio internacional lo cual afecta el precio final de estos productos importados.
En este momento el valor de la canasta alimentaria la cual comprende sólo los alimentos necesarios para el consumo de una familia de 5 personas, alcanza los 300$ al mes y el estimado de la cesta básica la cual incluye alimentos, transporte, ropa, zapatos, medicinas y algunos imprevistos supera los 500$. Encontrándonos con que la mitad de las familias Venezolanas sus ingresos mensuales están por debajo de los 100$ al mes, ubicándose en niveles de pobreza extrema. Son aquellas familias que reciben sus salarios en bolívares y no tienen ningún ingreso en dólares provenientes de algún familiar en el exterior, son los más afectados por la inflación y por la devaluación a que se encuentra sometido el bolívar.
Se estima que apenas un 20% de las familias Venezolanas tienen ingresos iguales o mayores al costo de la canasta alimentaria, el otro 80% se considera entre pobreza extrema y crítica, teniendo que cambiar el consumo de alimentos esenciales por otros de menor precio. Solamente en lo que va del año 2021 el efecto inflacionario es superior al 60% en bienes y servicios, lo cual genera una caída del consumo ya que la gran mayoría de los venezolanos tienen sus ingresos reducidos por la inflación sin disponer de oportunidades para poder aumentarlos.
Lo cual se convierte en una calamidad familiar por los efectos causados en los aumentos del valor de la canasta alimentaria y cesta básica con sus consecuencias en el consumo.