Cada año se producen 268 millones de botellas de esta bebida espumosa y, sólo en Nochevieja, se beben en todo el mundo 360 millones de copas de champán para festejar la llegada del Año Nuevo
Quién invetó el Champán?
La tradición -cuestionada por no pocos- atribuye el descubrimiento del champán a Dom Pierre Pérignon, un monje benedictino francés que vivió entre 1638 y 1715 y que pasó buena parte de sus 77 años de vida en la abadía de Hautvilliers, situada en plena región de Champagne (aquella en la que se elabora el champán).
La leyenda cuenta que dio con la fórmula del champán (el famoso método de la doble fermentación) por pura casualidad y que cuando bebió por primera vez ese vino espumoso y sintió en su boca la explosión de todas esas burbujas llamó a gritos a los demás monjes de la abadía: «¡Venid corriendo, estoy bebiendo las estrellas!».
Cuantas Burbujas tiene el Champán?
Hay más de siete millones de burbujas en cada botella, un millón en cada copa.
De dónde salen las Burbujas del Champán?
Las burbujas del champán son fruto de un hongo: la levadura. Ese hongo microscópico necesita el azúcar para vivir, y cuando lo consume libera un gas: dióxido de carbono.
La levadura es la responsable de transformar el azúcar en alcohol a través de un proceso llamado fermentación.
El champán se elabora mediante un proceso de doble fermentación. En la primera fermentación apenas se forman burbujas, porque las uvas con las que se elabora ese vino no son muy dulces, así que tienen poca azúcar, y en cualquier caso el dióxido de carbono se deja escapar.
Pero en la segunda fermentación los productores de champán añaden al vino un poquito de azúcar y más levadura y cierran herméticamente las botellas con gruesos tapones de un corcho especial.
La levadura fermenta el azúcar y produce grandes cantidades de dióxido de carbono, que en esta ocasión no puede escapar y se queda dentro de la botella. El champán obtiene así más graduación alcohólica y se llena de moléculas burbujeantes.
Solo es Champán si es francés
Y, en concreto, sólo si las uvas con las que ha sido elaborado son de la región de Champagne (donde crecen tres variedades: pinot noir, pinot meunier y chardonnay) y si el vino se ha realizado siguiendo el método tradicional de la doble fermentación (el llamado ‘método champenoise’).
Además, para ser champán debe como mínimo permanecer 15 meses en crianza, como se denomina al proceso de envejecimiento y maduración de los vinos para conseguir de ellos los mejores matices y aromas.
Oro líquido!
El champán suele tener un suave color dorado y, sobre todo, vale su precio en oro. Es raro encontrar en las tiendas una botella de ese vino espumoso por menos de 30 euros (unos 34 dólares), y hay algunas que se venden por varios miles.
C+omo beberlo?
Frío pero no helado. La temperatura ideal, a decir de los expertos, de es 8º C. Si se hace por debajo se pierden algunos de sus aromas, aunque también advierten que algunas variedades es mejor consumirlas a entre 10-12º C para que afloren todas sus cualidades.
El mejor modo de enfriar el champán es en una champañera repleta de hielo, donde se debe dejar unos 20 o 30 minutos. Si se refrigera en la nevera, debe hacerse durante cuatro horas en la parte menos fría de la misma para evitar que pierda algunas de sus propiedades.
Está absolutamente prohibido enfriarlo en el congelador, sería un sacrilegio. Y también se desaconseja vivamente servirlo en copas heladas previamente, porque eso afectaría a las burbujas.
Los más sibaritas advierten que debe servirse en copas que se han lavado a mano sólo con agua caliente, sin ningún tipo de jabón o detergente ya que estos pueden afectar a las burbujas.
Las copas de flauta que durante años se han utilizado para beber el champán ahora están en desuso; los especialistas aconsejan emplear copas en forma de tulipa, ya que estas les dan a las burbujas el espacio que necesitan y al mismo tiempo concentran los aromas.
Para servir el champán, coja la botella por la parte de abajo (jamás por el cuello) y vierta su contenido en la copa con un flujo lento y constante para que las burbujas se acumulen alrededor de los lados de esta.
No sirva el champán en una copa de golpe sino al menos en dos fases, así se asientan mejor sus burbujas. No llene nunca la copa más de dos tercios.
Y una advertencia final: una vez abierta una botella de champán, no hay absolutamente ningún método que permita conservar ese vino con todas sus propiedades intactas. Así que mejor terminarla.
Con información de BBC
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