La ola de arrestos a opositores de Ortega en Nicaragua sigue creciendo: Una dirigente política, el octavo caso.
La ola de arrestos contra aspirantes a la Presidencia y dirigentes políticos opositores de Nicaragua ha mostrado al menos seis características definidas, las cuales han sido descritas por sus familiares y testigos, así como por el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) o el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más. Estas son seis de ellas.
EL DEBIDO PROCESO
Los 19 encarcelados conocidos hasta ahora han sido detenidos sin que las autoridades cumplan con los requisitos de ley básicos, según los organismos defensores de derechos humanos, como el tener acusación formal o sorprender a los señalados en flagrante delito.
Los familiares y testigos han confirmado que en el momento de las capturas los policías y civiles armados sustraen a la persona del lugar sin antes presentar una orden judicial.
VIOLENCIA
Según relatos de los familiares y testigos, la mayoría de los arrestos han sido ejecutados con violencia y algunos incluso con golpes después de ser neutralizados, entre los que sobresalieron los casos del aspirante presidencial Félix Maradiaga, la exguerrillera sandinista disidente Dora María Téllez, el exvicecanciller sandinista Víctor Hugo Tinoco y la activista Violeta Granera.
También han sufrido agresiones las personas que abrieron las puertas de las casas donde ocurrieron las detenciones, de acuerdo con los testimonios.
ALLANAMIENTOS Y ASALTOS
Tras las detenciones, las casas de los detenidos han sido allanadas en operativos que los testigos y familiares han señalado como igualmente violentos.
Algunas de las personas afectadas por dichas acciones han afirmado que los agentes, acompañados de civiles, han sustraído objetos personales y, al menos en un caso, han vuelto a la noche siguiente para tomar por la fuerza otras pertenencias.
La poetisa y escritora Gioconda Belli denunció que un día después del allanamiento a la casa de su hermano, el exministro de Educación Humberto Belli, quien se exilió, un civil propuso agredir sexualmente a la hija de este, quien estaba sola en casa junto a su mamá.
A su vez, la periodista Verónica Chávez afirmó que el frente de su casa fue parcialmente destruido durante la captura de su esposo, el aspirante presidencial Miguel Mora.
OCURREN POR LA NOCHE
Otra característica es que una parte de las acciones de la Policía han ocurrido por la noche, incluso cuando algunos de los detenidos llevan meses bajo vigilancia permanente.
Los organismos humanitarios han deplorado los horarios con el argumento de que afecta a los arrestados de forma innecesaria, pero también sus familiares y empleados.
La escritora Belli llamó “noche de terror” a lo que hicieron contra su cuñada y sobrina.
INFORMES EN SIMULTÁNEO
Las últimas capturas de líderes opositores han sido reportadas por la Policía Nacional en el momento en que están ocurriendo, contrario al llamado “secretismo” del que la disidencia y prensa independiente acusan a las autoridades nicaragüenses.
Los informes simultáneos han causado dudas sobre casos como el del periodista Miguel Mendoza, quien por comunicaciones con familiares y amigos aparentemente fue capturado minutos después de que su arresto había sido anunciado.
DESAPARICIÓN
Los familiares de los arrestados los consideran “desaparecidos”, ya que hasta ahora solamente uno de estos ha sido visto por 20 minutos por su abogado, el exembajador del Gobierno de Ortega en Washington entre 2007 y 2009 y precandidato presidencial Arturo Cruz. De los demás no han tenido información.
El Poder Judicial ha negado recursos de exhibición solicitados por sus representantes para conocer su estado de salud.
La reciente ola de arrestos ha llevado a prisión a cinco aspirantes a la Presidencia, dos exvicecancilleres, dos históricos exguerrilleros sandinistas disidentes, un exdirigente empresarial, un banquero, cuatro activistas, una ex primera dama, un cronista deportivo y dos extrabajadores de una ONG.
Todo esto ocurre a menos de cinco meses de unas elecciones en las que Ortega se jugará 42 años de primacía casi absoluta sobre la política nicaragüense. EFE