Quienes luchamos para que el voto vuelva a regir la vida política en Venezuela, debemos reconocer que no hemos hecho lo suficiente para garantizar una buena representación de género en las elecciones del 21N
Quienes creemos en la necesidad de ir a las próximas elecciones regionales del 21 de noviembre, sabemos muy bien los retos que tenemos. Estamos convencidos de que el voto en democracia es un derecho que se gana o se recupera con esfuerzo; una meta que alcanzaremos tras lograr una verdadera organización popular y política que luche para que nuestra voluntad sea respetada.
La democracia es un derecho que debemos reconquistar todos los días ante las amenazas del régimen y su empeño de bloquear autoritariamente a quienes buscan reconquistarla.
Nuestra convicción de vida ha sido el servicio al otro. Llevamos muchos años en la calle, junto con nuestros líderes y amigos, apoyando los esfuerzos de organización popular que permiten a las comunidades empoderarse de su entorno para hacerse dueños de su propio destino; una aspiración que se funda en los valores de la solidaridad, el emprendimiento y la democracia.
Desde Alimenta la Solidaridad y Caracas mi Convive hemos constatado el importante rol que tienen las mujeres venezolanas en la construcción y fortalecimiento del tejido social en las comunidades. Una forma de organización popular de base que construye, de abajo hacia arriba, una nueva forma de liderazgo dirigido al servicio al otro, a la atención a los que han sido superados por esta tragedia humanitaria en que se ha convertido el país.
Siguiendo estos principios, en las últimas semanas he acompañado a una nueva generación de mujeres con un fuerte compromiso social y un importante trabajo político en las comunidades. Líderes que están decididas a ser candidatas en la próxima contienda electoral, dos mujeres que, como muchas venezolanas, se caracterizan por su coraje y compromiso, una generación consciente del desafío que tienen ante sí, y el compromiso que han asumido para volver a dar sentido al voto ciudadano.
Con ellas he comprobado la importancia que tiene recomponer el hilo que une las mejoras en la calidad de vida de los ciudadanos y la democracia. En la medida que se trabaja, junto con las comunidades, para reconstruir los servicios públicos y se luche para que los ciudadanos recuperen su derecho a tener futuro, la democracia adquiere un sentido verdadero que nos convoca a todos a seguir luchando para que el cambio se extienda en todo nuestro país.
Quienes creemos en el voto y luchamos para que este mecanismo vuelva a regir toda la vida política en Venezuela, quienes hemos aceptado y acatado la importancia de ir a estas elecciones en unidad, estamos obligados a reconocer que no hemos hecho lo suficiente para garantizar una buena representación de género para las elecciones del 21 de noviembre. Existe un desbalance significativo que nos advierte que aún estamos lejos de superar los escollos que entorpecen el camino de la Venezuela del cambio que todos queremos.
La verdadera lucha por la igualdad de género pasa por reconocer estos errores y trabajar para que no se repitan en el futuro.
Necesitamos líderes como ellas. Mujeres dedicadas al servicio y a la política, mujeres que dignifican el sentido de lo público, líderes que encarnan la fuerza que existen en todos los venezolanos que luchan por la vuelta de la democracia en nuestro país. Por eso seguiré recorriendo Venezuela junto a ellas.
Este es mi compromiso.
*Cofundador de Alimenta la Solidaridad y Caracas Mi Convive
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