Venezuela no tenía historial de reconversiones monetarias hasta 2008. Ahora somos expertos mundiales
En Venezuela, tristemente los temas económicos se reciclan. La discusión de temas importantes ha sufrido con la crisis económica. La rudeza y extensión de la crisis ha llevado a que se prioricen preguntas que cada cierto tiempo se repiten, como ¿por qué se devalúa el bolívar?, ¿por qué seguimos en hiperinflación?, ¿la variación en la liquidez monetaria genera inflación?, ¿la tasa de cambio se mantendrá estable?, ¿puede esta economía crecer en 2021?, ¿existe la guerra económica? Lógicos temas aburridos en una economía aburrida, pequeña y pobre.
Y ese mismo reciclaje de temas nos lleva a volver a hablar de una reconversión monetaria. La segunda en tres años, la tercera en 13 años. Venezuela no tenía historial de reconversiones monetarias hasta 2008. Ahora somos expertos mundiales. Catorce ceros ha perdido la moneda desde aquel año, casi un cero por año. De aquella reconversión de agosto de 2018, ya solo quedan los billetes de Bs. 1.000.000, recientemente emitidos. Al país le tomó dos años y medio recuperar los cinco ceros que se le habían borrado a la moneda. En los primeros seis meses de entrada en vigencia ya había recuperado dos ceros. Y así pudiéramos seguir. Un desastre hiperinflacionario.
Entre la última reconversión y el primer trimestre de 2021, la inflación acumulada fue de cerca de 29.000.000 %. Era obvio que venía una reconversión, todos lo sabían, la duda era la fecha. Ya sabemos que el país empezará el último trimestre del año con billetes nuevos.
Recordemos: una reconversión no implica una caída/aumento en la inflación, tampoco una reactivación económica, mucho menos una mayor confianza en la moneda, simplemente un cambio contable, quitarle ceros a la moneda y listo.
La reconversión es una buena noticia (por el tema del manejo de los ceros) para las empresas, contadores, bancos y también para los coleccionistas. De resto, la economía seguirá exactamente igual. La novedad, esta vez, tal vez sea la intención del gobierno de introducir un “bolívar digital”, para disminuir la cantidad de piezas de billetes a imprimir. Eso, que es tendencia mundial, ocurre en Venezuela por las circunstancias que todos conocemos. Lo cierto es que la gran mayoría de los venezolanos han aprendido a vivir sin efectivo. Veremos cómo evoluciona esto.
¿Se aprendió la lección de las reconversiones anteriores? No, pero poco importa. Esta no será la última reconversión que sufran los venezolanos. Mientras la hiperinflación o la inflación alta sigan, la moneda seguirá perdiendo ceros. La revolución es un excelente abono para los ceros en la moneda nacional. Venezuela tiene que resolver su problema fiscal para poder pensar en una inflación baja y en una moneda estable. Mientras eso no ocurra, el desprecio por tener moneda nacional y la dolarización seguirán aumentando.
Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es