La justicia de Estados Unidos apuntó por primera vez contra el expresidente de la Petróleos de Venezuela (PDVSA), Rafael Ramírez, por presuntamente aceptar sobornos durante su gestión frente a la estatal venezolana.
“Durante años, los venezolanos se han preguntado si los fiscales estadounidenses están apuntando al ex zar del petróleo Rafael Ramírez. Ahora, han señalado como aparente cooperador a uno de los ayudantes de Ramírez, el exjefe de seguridad @PDVSA Rafael Reiter, quien se ha ofrecido a testificar sobre la corrupción de Ramírez y otros”, afirmó el periodista corresponsal para Latinoamérica de Associated Press, Joshua Goodman.
En una nueva presentación judicial, los fiscales federales estadounidenses afirmaron por primera vez en audiencia pública que el exfuncionario chavista aceptó sobornos.
In new filing, federal prosecutors for the first time in open court claim Ramirez took bribes.
“Los sobornos supuestamente fueron pagados por bancos en Andorra y Suiza. También se compraron inmuebles pero «a pedido de Ramírez, estas propiedades no estaban a su nombre“, añadió Goodman.
Diego Salazar, un primo de Ramírez quien manejó asuntos de seguros para PDVSA y estuvo encarcelado en Venezuela, también “mantuvo las cuentas de Ramírez y otros funcionarios de PDVSA“, afirman los fiscales.
“Las nuevas acusaciones están contenidas en una presentación de los fiscales que buscan una orden judicial para declarar a Reiter en Madrid antes de un juicio programado en mayo en Houston de su coacusado, Paulo Murta, un banquero portugués-suizo“, dijo Goodman en una serie de mensajes emitidos en su cuenta oficial en la red social Twitter.
El periodista informó que Ramírez se puso en contacto con él y negó las acusaciones.
“Ramírez se ha puesto en contacto y una vez más negó haber actuado mal. “Es mentira”, dijo en respuesta a las afirmaciones de los fiscales en Houston“, comentó.
The new allegations are contained in a filing by prosecutors seeking a court order to depose Reiter in Madrid ahead of a scheduled May trial in Houston of his co-defendant, Paulo Murta, a Portuguese-Swiss banker.