Lapatilla
Durante tres meses un grupo de médicos de distintas partes del país puso en marcha un plan. Ejecutarlo no sería fácil, pues eran varios detalles los que debían resolver para alcanzar su objetivo. El punto de encuentro fue Valencia, en el estado Carabobo, a eso de las 5:00 de la mañana. En autobús emprendieron su viaje a Maracay, en el estado Aragua.
Pableysa Ostos/Corresponsalía lapatilla.com
Ahí se subieron a un avión Hércules, transporte militar táctico medio-pesado. Llevaban consigo pocas pertenencias personales, pero sí muchos equipos médicos y medicinas.
José Salazar fue uno de los dos galenos de Ciudad Guayana que participó en la jornada. “Todos íbamos asustados, porque era primera vez que nos montábamos en un avión así, y se siente mucho la turbulencia. Pero aun así íbamos bromeando, tratando de disfrutar el viaje. Ese viaje duró dos horas, y cuando faltaban como 30 minutos para aterrizar vimos los saltos, todo fue muy mágico”.
El destino de ese grupo de médicos era el Parque Nacional Canaima, donde estarían varios días realizando una jornada médica.
El doctor Luis Delgado explicó que la iniciativa nació a raíz de un viaje que él hizo con fines turísticos a esa zona. “Una vez estando allá, me sentí tan cautivado por su gente que decidí conocer más de esta comunidad. Al indagar, me di cuenta de una necesidad plausible en muchas áreas, principalmente el área de la salud. Enamorado de este lugar y de su gente, se me ocurrió la idea de realizar una jornada médico/odontológica para ayudar su población”.
Detalló que el proyecto está conformado por unas 28 personas, entre ellos dos médicos internistas, dos gineco-obstetras, dos pediatras, un médico radiólogo, un médico general, una citotecnóloga, una cirujana maxilo-facial y odontólogos, más el personal de logística. Y todos son parte así del Movimiento Regalando Sonrisas (@regalando.sonrisasvzla)
Más de 500 personas atendidas
Ante la pregunta de cómo fue el proceso de selección, Delgado explicó que en visitas previas a la jornada hicieron un estudio de las necesidades más importantes de la comunidad. Según la información recolectada, comenzaron a buscar a los especialistas necesarios. “A medida que nuestros colegas se fueron enterando de la actividad, recibimos muchas postulaciones. Sin embargo, nos dimos la tarea de filtrar a los mejores especialistas para llevar la mejor atención a la comunidad”.
Durante la jornada atendieron a 550 pacientes y 70 citologías, incluyendo a neonatos, geriátricos y embarazadas.
La atención en el ambulatorio duró tres días, desde las 8:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde.
Durante ese tiempo en la población, que es mayormente indígena, detectaron casos relevantes. “Lo más alarmante sería la cantidad de pacientes con diabetes no controlada, y podemos relacionarlo con la alimentación de la población. Además de ser bastante frecuentes los síndromes osteoarticulares”.
Delgado comentó que en los casos de pediatría detectaron “poca información sobre la importancia de la lactancia materna y alimentación completa en los primeros años de vida, evidenciando niños con desnutrición crónica por el difícil acceso a alimentos saludables básicos como frutas y verduras”.
Mientras que en el área de obstetricia y ginecología “se observó lesiones intraepiteliales escamosas de bajo grado asociadas a VPH en un alto porcentaje de la población. Sólo una paciente se reportó con lesión de alto grado, todas las pacientes fueron tratadas con ATA 80%. Se observó multiparidad (13 embarazos), mioma abortivo, aborto séptico”.
Una experiencia distinta
Entre sus anécdotas, José Salazar relató que “las personas de allá son demasiado educados, sabes, son muy serviciales. Son gente que te da una vibra así de que todo está bien, de que así debería ser todo el mundo”.
“Hablan el inglés fluido, o sea, es increíble. Otra cosa que me pasó es que cuando estaba en uno de los saltos, en el salto El Hacha, se me salieron las lágrimas solas, o sea, es una sensación de felicidad, de que tú te sientes en una paz plena, que no tienes ganas de llorar, y lloras. Igual que cuando cantaron Venezuela, porque ellos lo hacen los miércoles y los sábados, ese es el último día en que están los turistas, y en un lugar que se llama La Casona, hacen como un evento cultural, donde cantan, bailan los niños. Cuando cantaron Venezuela, también se me erizó la piel y empecé a llorar, es algo increíble”, sumó Salazar.
Para Delgado, se trata de una experiencia que llena el alma. “Llevar atención de calidad a una comunidad que lo necesita tanto, sacarle una sonrisa a un niño y poder llevarnos a nuestras casas el corazón lleno de amor por la satisfacción de haber ayudado a tantas personas nobles. Así como también la atención a embarazadas y adultos, ayudando a mejorar su calidad de vida”.
Sumaron que esperan en el futuro continuar con las jornadas en otras comunidades del país. “Estamos buscando próximos horizontes para llegar a los lugares más desatendidos”.
Si usted quiere sumarse a este proyecto de médicos venezolanos puede contactarlos a través de su cuenta de Instagram @regalando.sonrisasvzla.