Novaya Gazeta y su director, Dimitri Muratov, fueron galardonados este viernes con el Nobel de Paz, un reconocimiento al medio independiente más influyente en Rusia, el cual ha tenido que pagar con sangre la decisión de investigar y publicar escándalos de corrupción y violación de derechos humanos del régimen, que otros medios en el país prefieren ignorar.
Por Jorge Cantillo | Infobae
Esta cruzada por la independencia periodística ha llevado a Novaya Gazeta a ser blanco de constantes ataques, tanto institucionales como directamente contra su planta de periodistas. Un día como hoy pero hace 15 años, por ejemplo, una de sus más reconocidas periodistas Anna Politkovskaya fue asesinada por sus posiciones críticas a las políticas del Kremlin en Chechenia.
Fue un momento en que Muratov consideró cerrar el periódico, pero los demás periodistas lo convencieron de no desfallecer.
“No es un secreto para nadie que cuando Anna Politkovskaya fue asesinada quise cerrar el periódico (…) Este periódico es peligroso para la vida de la gente”, dijo a la AFP Muratov, que ha sido redactor jefe del medio prácticamente sin interrupción desde los años 90.
Pero Politkovskaya no ha sido la única víctima de la persecución contra el medio, sino que en total han sido seis los periodistas asesinados desde la fundación de Novaya Gazeta. A ellos Muratov dedicó el Nobel de Paz que recibió a nombre de su medio.
Los ataques nunca han cesado, hace apenas unos meses en marzo de este año, la prensa mundial informó sobre un ataque químico a las instalaciones de Novaya Gazeta en Moscú.
De acuerdo con Muratov una extraña sustancia fue dejada en la entrada de su redacción en la capital rusa, algo similar a lo que pasó en abril de 2017 cuando recibieron un sobre que contenía “un polvo planco desconocido dirigido al director general”.
Un año después, en octubre de 2018, desconocidos dejaron una corona fúnebre frente a la redacción, una amenaza de muerte dirigida contra el periodista Denis Korotkov, y días después se encontró una cesta con una cabeza de carnero que tenía amenazas a toda la redacción.
Novaya Gazeta fue fundada en 1993, cuando los periodistas del diario Komsomolskaya Pravda decidieron crear un nuevo medio de comunicación. En sus inicios contaron con la colaboración como socio inversionista de Mijaíl Gorbachov, el último dirigente de la era soviética, que destinó el dinero ganado de su Nobel de Paz en 1990 para este fin.
Todavía hoy Gorbachov sigue teniendo un pequeño porcentaje del periódico, así como el empresario Alexander Lebedev, muy crítico del Kremlin. El resto del medio pertenece a la redacción.
Putin al poder y las amenazas a la redacción
Con el ascenso de Vladimir Putin al poder ejecutivo de Rusia en el 2000, comenzaron una oleada de persecuciones y asesinatos a miembros de la prensa. Durante sus primeros años en el poder murieron por lo menos 12 periodistas, todos crímenes sin resolver.
Entre ellos cayó Politkovskaya, que fue asesinada en 2006 en su casa de Moscú mientras preparaba un artículo sobre las torturas sistemáticas en Chechenia. A la periodista le dispararon en la cabeza y en el pecho, una orden que según Muratov solo pudo vernier de dos lados.
“O bien ha sido la venganza de Ramzan Kadyrov -primer ministro chechén (y actual presidente)- sobre quien ella escribía a menudo, o bien de los que quieren que las sospechas caigan sobre él”, escribió entonces en la editorial web de Novaya Gazeta.
De acuerdo con un artículo publicado por El Mundo en 2006, Politkovskaya también era una fuerte crítica de la mano dura de Putin en Chechenia y la participación diaria de los soldados rusos en el secuestro y violación de ciudadanos chechenes con la venia de sus superiores.
“Politkovskaya, que nació en Nueva York en 1958, había confesado en varias ocasiones haber recibido amenazas de muerte de los servicios secretos rusos, el Ejército y otras agencias de seguridad del estado”, anotó el medio español.
En 2009 otros tres colaboradores del periódico fueron asesinados, uno de ellos, Natalia Estemirova, era muy cernada a Politkovskaya. Ella fue secuestrada en Grozni, y poco después la encontraron muerta en la vecina república de Ingusetia.
Las investigaciones
Novaya Gazeta es un medio conocido por publicar investigaciones muy rigurosas y críticas contra las políticas del Kremlin, sus altos funcionarios y otros gobiernos poderosos de la región. Por ejemplo, recientemente tres ONG denuncian que presuntos mercenarios habían asesinado a un ciudadano sirio en 2017.
Estas denuncias se baasaron en revelaciones hechas por Novaya Gazeta en 2019 en las que se reveló detalles de este asesinato ustraviolento.
Apenas este año, el medio ruso publicó un informe sobre los abusos que están cometiendo los militares rusos en Chechenia, en los que salieron a la luz testimonios que dan cuenta de asesinatos extrajudiciales.
De acuerdo con Moscow Times, el relato del medio de Muratov recogió un testimonio de un ex sargento del Regimiento del Servicio de la Patrulla de la Policía que dio pruebas contundentes para afirmar que “los funcionarios de seguridad chechenos ejecutaron a 27 de las más de 100 personas detenidas a finales del 2016 y a principios del 2017 en redadas antiterroristas”.
Otras investigaciones históricas y relevantes abordaron temas tan álgidos como la inclusión de Vladimir Putin y miembros clave de su cúpula más cercana en los “Papeles de Panamá”, divulgados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) en 2016.
Analizando esa información Novaya Gazeta encontró un complejo sistema de sociedades offshore que estaban vinculadas al presidente ruso. Un año después, el medio publicaría sobre la existencia de “campos de detención secretos” para homosexuales en Chechenia.
Hasta hoy, el diario, que se publica tres veces por semana, sigue ofreciendo largos artículos de investigación, profundos y mordaces, aún sabiendo que eso les sitúa en el punto de mira de las autoridades.
Las felicitaciones del Kremlin
Por todo esto sorprendió que tras conocerse el nombre de Dimitri Muratov como uno de los galardonados con el Premio Nobel de Paz 2021, el Kremlin haya felicitado al periodista y su medio por su “valiente” labor.
La felicitación no deja de ser irónica pues es precisamente por la valentía de hacer periodismo pese a las persecuciones de las autoridades de su país que el el Comité Noruego decidió otorgar dicho reconocimiento.
“Felicitamos a Dimitri Muratov, trabaja en base a sus ideales y está comprometido con ellos”, dijo Dimitri Peskov portavoz de la Presidencia rusa.
Pestov dijo además que Muratov “tiene talento”, pero no precisó en sus declaraciones si el presidente, Vladimir Putin, se suma a título personas a estas felicitaciones.
“Acabamos de enterarnos, dadnos algo de tiempo”, ha respondido en declaraciones a los medios, según la agencia de noticias TASS.
Putin, actual presidente de Rusia, es conocido por su poca tolerancia a la crítica y por sus ataques sistemáticos a la prensa independiente, a la que ha acusado en más de una ocasión de ser financiada por enemigos extranjeros que quieren dañar a Rusia y a su gobierno.
En marzo pasado, mientras Novaya Gazeta recibía ataques químicos misteriosos, muchos periodistas y opositores huyeron de Rusia, asustados por las amenazas sistemáticas en su contra y por el encarcelamiento de Alexéi Navaldi, uno de los principales adversarios del Kremlin.
“No iremos a ninguna parte, no somos agentes a sueldo de países extranjeros, no recibimos financiación externa, nos quedaremos a vivir y a trabajar en Rusia”, dijo entonces Muratov y así lo ha mantenido.
El Nobel es en este contexto un posible seguro de vida para el director y los periodistas de la redacción de Novaya Gazeta.