Cuando se le preguntó a Douglas León Natera, presidente del presidente de la Federación Médica Venezolana, sobre presuntos casos de fiebre tifoidea, respondió que han llegado a la Federación informaciones acerca de esa enfermedad, pero no han podido ser confirmadas hasta el momento.
Sin embargo, a consecuencia de las fuertes lluvias registradas en las últimas doce semanas, se han presentado en diversas partes, enfermedades hídricas.
Desde hace 15 años no se les hace el mantenimiento adecuado a los acueductos del país, lo que nos indica que el servicio de agua potable no es bueno.
Es por ello que la población debe tomar medidas preventivas a la hora de consumir agua, porque el Estado no garantiza la pureza del líquido.
En este sentido, Manuel Figuera Esparza, medico infectólogo y presidente de la Sociedad Venezolana de Infectología, explicó que la fiebre tifoidea es una infección producida por la bacteria Salmonella Typhi, que se contagia a través de agua o alimentos contaminados y se trata con antibióticos.
“Hay que evaluar la calidad del agua con la que se lavan las manos y los alimentos como vegetales y pollo”, añadió Valenzuela.
Según la especialista, los alimentos contaminados con salmonella no tienen mal olor ni aspecto, generando confusión en la población, pero haciendo más necesaria la prevención y el lavado de la comida.
Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año enferman de fiebre tifoidea entre 11 y 20 millones de personas, de las que mueren entre 128.000 y 161.000.
– Asegurarse de que la comida está bien cocinada y sigue estando caliente cuando se sirve.
– Evitar la leche sin hervir y los productos a base de leche sin hervir. Solo hay que consumir leche pasteurizada o hervida.
– Evitar el hielo, a no ser que esté hecho con agua salubre.
– Hervir el agua cuando se dude de su salubridad, y si no es posible, desinfectarla con desinfectantes fiables de liberación lenta, generalmente disponibles en las farmacias.
– Lavarse las manos bien y frecuentemente con agua y jabón, sobre todo después del contacto con mascotas o animales de granja y después de hacer sus necesidades.
– Lavar bien y, a ser posible, pelar las frutas y hortalizas, sobre todo si se van a comer crudas.
Desde hace muchos años se vienen utilizando dos vacunas para prevenir la fiebre tifoidea:
La fiebre tifoidea se trata con antibióticos, aunque la creciente resistencia a diferentes tipos de antibióticos hace que el tratamiento sea cada vez más complicado. Desde hace muchos años se vienen utilizando dos vacunas para prevenir la fiebre tifoidea. La OMS precalificó en diciembre de 2017 una nueva vacuna conjugada que proporciona una inmunidad más prolongada.
– Una vacuna inyectable con antígeno purificado para mayores de 2 años
– Una vacuna oral (en cápsulas) atenuada con organismos vivos para mayores de 5 años
Estas vacunas no proporcionan una inmunidad de larga duración y no están aprobadas para menores de 2 años.
La OMS precalificó en diciembre de 2017 una nueva vacuna conjugada que proporciona una inmunidad más prolongada y se puede utilizar en niños de más de 6 meses.
Los síntomas consisten en fiebre prolongada, cansancio, cefaleas, náuseas, dolor abdominal y estreñimiento o diarrea. Algunos pacientes presentan erupciones cutáneas. Los casos graves pueden complicarse seriamente y causar la muerte.