En comunión, fe y alegría celebraron en Nueva Esparta los 111 años de la coronación canónica de la Virgen del Valle, patrona del oriente del país. Miles de feligreses, entre nativos y visitantes, se dieron cita en el Campo Eucarístico, ubicado en el Valle del Espíritu en la Isla de Margarita.
Los devotos, embargados de la emoción, tras dos años de ausencia por la pandemia de COVID-19, pudieron reencontrarse con la Virgen Bonita, venerarla, renovar su fe y elevar sus peticiones, entre canticos, alabanzas y oraciones.
La celebración de la misa central estuvo a cargo de monseñor Jesús González de Zárate, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, quien estuvo acompañado por el obispo de Margarita, monseñor Fernando Castro; y el rector de la Basílica Menor de la Virgen del Valle, el presbítero Enmanuel González.
Como parte de las actividades programadas en honor a la Virgen del Valle, también se realizaron la Misa del Gallo, que ocurrió a las 12:00 de la noche, y la Misa Aurora, oficiada a las 5:00 de la mañana. Estos actos, contaron la presencia del gobernador de la región insular, Morel Rodríguez; el alcalde de Mariño, José Antonio González; el alcalde de Maneiro, Morel David Rodríguez; y la participación especial del alcalde del municipio Chacao del estado Miranda, Gustavo Duque.
El gobernador aprovechó la oportunidad para pedir a la Virgen que los «ayude a resolver los graves problemas» que atraviesa Venezuela para que «nuestros hombres y mujeres puedan quedarse en su tierra, luchando por el país».
Por su parte, el alcalde chacaoense afirmó que esta festividad sirvió para llenarse de ánimo y «de esa pasón por Venezuela, por un país diferente y mejor».
Al finalizar la misa, monseñor Fernando Castro agradeció a todos los que participaron en la realización de esta celebración, fuerzas vivas, comunidades, feligreses y medios de comunicación. Además, emplazó a quienes les corresponde la culminación del Campo Eucarístico, tras años de paralización, a continuar con las labores para su culminación.
La Virgen Bonita se despidió del Campo Eucarístico hacia su casa, en la Basílica Menor, al ritmo del Cumpleaños Feliz, entonado por el coro que acompañó durante las tres misas y la feligresía presente.