Hoy es el Día Internacional de la Paz. La Organización de las Naciones Unidas aprobó que el tema para este año es Recuperarse (de la pandemia) para lograr un mundo más equitativo y pacífico, e insta a los ciudadanos a oponerse a los actos de odio en internet y fuera de ella, así como a difundir compasión, bondad y esperanza. ¿Vamos por buen camino? ¿Estos meses encerrados nos han permitido reflexionar sobre la necesidad de ser más tolerantes a las ideas de otros?
Lester Pearson (1897-1972), ex primer ministro canadiense y Premio Nóbel de la Paz, decía: ¿Cómo puede haber paz en nuestros países, si no nos entendemos, y cómo vamos a entendernos si no nos conocemos los unos a los otros?
Paradójicamente, los venezolanos nos conocemos pero, por alguna razón, nos cuesta entendernos. Basta leer los tweets, declaraciones y artículos en los que despotricamos unos de otros. Sometemos a los nuestros a un implacable fuego amigo, unas veces con razón, pero otras sin ella. Quizá la desesperación por salir del régimen nos induce a ser agresivos contra quienes consideramos culpables por no lograr poner fin a la usurpación.
Por tener mayor responsabilidad, nos referiremos a las relaciones entre nuestros dirigentes. Con excepción de los llamados “alacranes” y de algún infiltrado, tienen el mismo objetivo que es salir de la dictadura e implantar una verdadera democracia. Casi todos están sujetos a persecuciones por motivos políticos y ninguno es millonario. ¿Qué les impide ponerse de acuerdo o por lo menos dilucidar sus diferencias en privado? Algunos piensan que, por defender su pequeña parcela, le dan prioridad a descalificar a quien visualizan como competidor. ¿Acaso pueden ser tan torpes como para no percibir que ninguno tiene músculo suficiente para acabar con el régimen?
A título de ejemplo, podemos citar la carta dirigida el 14 de septiembre al presidente colombiano Iván Duque, por las fracciones políticas de Primero Justicia, Acción Democrática y un Nuevo Tiempo, de la Comisión Delegada de la Asamblea Nacional electa en el 2015.
La misma no fue firmada por el presidente Guaidó, ni por la fracción de Voluntad Popular, lo cual evidencia una profunda división en el llamado G4. Por cierto, es una carta escrita en términos que no se corresponden con la investidura del destinatario, ni de quienes la firman. Defiende la gestión de Monómeros Colombo Venezolanos, critica severamente el comportamiento de su presidenta y del Gerente Financiero, y solicita que la Superintendencia de Sociedades de ese país reconsidere la medida de control sobre esa empresa.
Por su parte, el gobierno interino publicó un comunicado de fecha 15 de septiembre en la que considera conveniente la decisión de control de la Superintendencia, informa de la renuncia de la señora Carmen Elisa Hernández, presidenta de Monómeros, y anuncia la restructuración de la empresa.
A su vez, Primero Justicia (PJ) publicó un comunicado recordando que desde hace tiempo propuso que los activos de Venezuela en el exterior fuesen manejados por terceros mediante un fideicomiso, para evitar injerencia política, la corrupción y que los partidos políticos se distraigan tomando decisiones sobre esos activos. Al respecto cabe recordar que los partidos no deberían tener injerencia en las operaciones de las empresas del Estado. Además, afirma que en vista de la intervención de la empresa por la Superintendencia de Sociedades de Colombia y a la falta de transparencia de algunos ejecutivos de Monómeros, el G4 solicitó la renuncia a la señora Hernández. También que PJ no estuvo de acuerdo en la creación de un fondo para pagar a los abogados que defienden nuestras empresas y otros activos sujetos a demandas de acreedores. Pareciera que PJ no toma en consideración que la opción que proponen del fideicomiso con organismos internacionales no es viable. Por otra parte, objetar el pago de honorarios a nuestros abogados es propiciar que se pierdan nuestros activos en el exterior. ¿Es que acaso Primero Justicia no forma parte del gobierno interino?
No tenemos información confiable de lo que ha sucedido en Monómeros, por lo que no podemos adelantar opinión. Solo mencionar que desde un principio varias fuentes señalaron las presiones de algunos políticos para colocar a su gente en la empresa. Así mismo que, a pesar de denuncias de posible corrupción, no ha habido respuestas de la directiva de la empresa. Con respecto a la señora Hernández, solo podemos señalar que trabajó en Pdvsa Gas, con una actuación valiente en los sucesos del 2002. Poco después, ella ingresó a la política partidista.
El caso de Pdvsa ad hoc es diferente. Tanto su anterior presidente Luis Pacheco, como el actual, Horacio Medina, junto con el embajador Carlos Vecchio y la Procuraduría Especial de la República han realizado un trabajo excelente para evitar que los acreedores se apoderen de nuestros activos en el exterior. Estos activos estaban prácticamente perdidos por la desidia del régimen de Maduro y por la irresponsabilidad de Chávez-Maduro de darlos en garantía para obtener préstamos, así como por la absurda decisión de expropiar empresas extranjeras que operaban eficientemente en Venezuela. A la fecha, la Comisión Delegada de nuestra Asamblea no ha aprobado el presupuesto del 2021.
En cuanto al complejo refinador de Citgo, el mismo ha sido manejado con mucha transparencia. El presidente y CEO, Carlos Jordá, es un profesional de gran prestigio y muy correcto. Se han hecho algunos señalamientos a la Fundación Simón Bolívar, brazo independiente de Citgo para su responsabilidad social. Esta Fundación maneja las donaciones a través de organizaciones no gubernamentales. Tanto Citgo como la Fundación, están sujetos a estrictos escrutinios de agencias del gobierno de los Estados Unidos. Cualquier comentario adverso es por mala intención o por no informarse.
No podemos obviar comentar las opiniones subidas de tono sobre las elecciones del 21N. Descalificar a quienes manifiestan que no van a votar o a los que van a votar no es correcto. Si queremos tener paz, requisito indispensable para que nuestro país se recupere, tenemos que ser más tolerantes y trabajar unidos para salir de la dictadura.
Como (había) en botica: El usurpador Maduro sigue siendo el tirapiedras de siempre. Lamentamos el fallecimiento de Nicomedes García Ruiz, compañero de Gente del Petróleo y de Unapetrol. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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