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Se cumple más de una década de la expropiación de la Central Azucarera Venezuela, ubicada en el pueblo del Batey, estado Zulia. La acción fue ejecutada por el fallecido presidente Hugo Chávez en 2010 cuando muy pocos preveían que “de aquellos polvos, vienen estos lodos”. En la actualidad, prácticamente 4.000 hectáreas de caña de azúcar están perdidas (de un total de 5.100 hectáreas), la planta paralizada y alrededor de 800 trabajadores fueron despedidos de manera injustificada.
Lexzys Lugo / Corresponsalía lapatilla.com
Otras ocho centrales azucareras en el país fueron tomadas por el Ejecutivo Nacional en los tiempos de Chávez, y hoy todas están paralizadas. La única central en el país que cuenta con una finca para sacar la caña (materia prima) para la producción de azúcar es la del Zulia, pero la desinversión y la malversación de fondos hundieron su operatividad. En diciembre de 2021 se paralizó por completo la planta.
Según relataron a la patilla.com los trabajadores despedidos, solo están aptas en cosecha unas 1.000 de 5.100 hectáreas. Prevén que para este año ya no tengan caña para recoger, porque no atienden el campo. Destacaron que la caña es un producto noble que solo requiere de riego y limpieza, pero “ni eso hacen”.
La Central Azucarera Venezuela está ubicada en Caja Seca en el municipio Sucre del estado Zulia. Según sus pobladores, esta era una de las principales fuentes de empleo de la zona, pero al paralizarse muchas personas quedaron desempleadas.
¿Qué pasó?
Debido a presiones del gobierno de Chávez, en 2009 el Consorcio Biyanbur decide cesar sus operaciones y entonces el Ejecutivo Nacional a través del Ministerio de Agricultura y Tierra, y conjuntamente con los trabajadores, decide instalar una junta administradora.
“Fuimos feliz e incluso vimos que la producción subiera, ya que los recursos todos se manejan en la Central Azucarera hasta 2013, que por un decreto se da la intervención, supresión y liquidación del Central Venezuela con una prórroga de un año (…) Desde entonces, comienza el declive de todo, porque centralizaron la administración y no hubo más inversión ni en la industria ni en el campo”, relató un extrabajador de la Central.
Andrid González, otro extrabajador, recordó que según lo que se comentaba en la empresa cuando era privada, el Ejecutivo Nacional había cerrado las fuentes de financiamiento para la Central, así como el suministro de ciertos productos. Al parecer, esta fue una de las causas del cierre en 2009.
Eliecer Linares también laboró en la Central Azucarera y comentó que esta fue fundada hace más de 100 años. Fue pionera en la producción de azúcar blanca, debido a que para 1913, cuando fue puesta en marcha, solo se conocía la azúcar morena.
Relató, además, que para el año 2007 por día se producían 3.600 toneladas de azúcar. “Desde ese entonces empezó la guerra del presidente Chávez contra los empresarios. El Gobierno alegaba que solo 60 % de la producción era comercializada, cuando no era así. El 100 % era destinada a los anaqueles del país, pero ellos pedían que toda la producción fuera entregada a los llamados Mercales”, dijo Linares.
Despedidos y sin pataleo
Linares denunció que en 2023 despidieron a los trabajadores en tres tandas. Solo pagaron la liquidación a través de la Onapre, que en su mayoría fueron pagos que oscilaron entre 350 a 700 bolívares. Algunos empleados tenían hasta 25 años de servicio.
A Andrid González por 16 años de trabajo le cancelaron 8.250 bolívares, sin que mediara ninguna explicación por ese irrisorio monto. Hoy está desempleado, aunado a la crisis económica del país y a la grave situación en que se encuentra el municipio Sucre tras el cierre de la Central Azucarera. Todo se confabuló para que su hijo mayor emigrara a los Estados Unidos hace dos años.
“Lo único que consigo son marañas (trabajos informales de corta duración), y no todos los días se dan. Este municipio (Sucre) está muerto, no hay fuentes de empleo. Si no fuera por que mi hijo nos envía remesas, aquí ya nos hubiésemos muerto”, se quejó González.
El extrabajador dijo que el cierre de la Central perjudicó a más de 3.000 personas. Salieron unos 1.000 empleados directos, y el resto fueron empleos indirectos y trabajadores de economía informal que también se beneficiaban.
Las mujeres del pueblo, según contó, vendían comida, ropa, calzados, es decir, se movía dinero en la zona. También los camioneros debían dormir allí para cargar sus gandolas, y eso activaba al sector hotelero.
González solo pide a las autoridades enviar una inspección, revisar y poner a producir esta planta, una de las más grande del país.
Drama social
El ingeniero Carlos Azuaje en varias oportunidades ha denunciado que la Central Azucarera Venezuela está desalojada y paralizada. En 2021 detuvo su operación por la escasez de gasoil. En ese entonces se inició el despido de los trabajadores y el desmantelamiento de las instalaciones.
“Si el Gobierno maneja todo, cómo no iban a tener gasoil. ¡Por Dios! El campo lo dejaron morir poco a poco, de hecho, ya es poca la caña que existe. Son miles de hectáreas llenas de maleza, donde bien pudiera estar repleta de caña”, dijo el extrabajador González.
“Las otras ocho plantas que fueron expropiadas no funcionan. El negocio de la azúcar quedó en manos de la empresa privada. El gobierno enterró y aniquiló todas las centrales públicas, todas (las que expropiaron)”, sentenció.
Yoiri Zambrano, extrabajadora de la Central Azucarera Venezuela, exhortó a la Fiscalía General de la República y a Nicolás Maduro a resolver la situación. Dijo que tiene hijos que mantener y ahora está desempleada. Necesita que se solvente la totalidad del pago de sus beneficios laborales para emprender en algún negocio.
Zambrano, sin pena, confesó que no tiene dinero para el uniforme de sus hijos, y para darles de comer “hace de tripas, corazones”.
También denuncian los extrabajadores que la poca caña de azúcar que queda en el campo, se la están vendiendo a los trapicheros, productores de panelas. Se preguntan adónde van a parar los recursos que ingresan por la venta de este rubro, porque es evidente que no son invertidos ni siquiera en las tierras.
Otro hecho irregular que exponen los extrabajadores se relaciona con una presunta sociedad entre la Central Azucarera Venezuela y una empresa, cuya trayectoria cuestionan. Cuando verificaron los datos de la mencionada empresa, se dieron cuenta de que se dedica a la venta de cosméticos, un rubro que nada tiene que ver con el negocio del azúcar.
Una mujer de 60 años, líder social de la calle del Batey en el municipio Sucre, también recibió su “dosis de patria” al ser despedida. Ella le envía un mensaje a Maduro: atienda la crisis laboral que hay en el país. La falta de empleo, el mal salario y el cierre se muchas empresas, como la Central, que en otrora a centenares de trabajadores le proporcionó recursos para comprar hasta viviendas y mejorar su calidad de vida.
Los cientos de trabajadores afectados por la quiebra de la Central Azucarera Venezuela, que fue una empresa modelo y pionera en el país, hoy lamentan que esté destruida por el pésimo manejo del Gobierno nacional.